Seis meses después… así empezó todo

Las primeras 24 horas

Rumbo a cumplir un sueño tras 22 años de espera, recibo en mi móvil una notificación por SMS:


“Tu vuelo LY392 de Barcelona a Tel Aviv del 29.12, previsto para las 22:50, despegará el 30.12 a la 1:30.”


Ma laasot —¿qué le vamos a hacer?— pienso. Si he podido aguantar dos décadas para ser ciudadano jerosolimitano, puedo esperar unas horas más. Todo es para bien, me repito.

Llego al aeropuerto, solo, con cinco maletas, una de mano, una mochila y un cuadro. Nos informan que, por el retraso, la facturación comenzará dos horas y media más tarde. Segundo ma laasot de la noche… y no iba a ser el último. Solo estábamos comenzando.
Nos entregan un baucher para la cena, pero no hay nada kosher en todo el aeropuerto. Mi cena se reduce a patatas Lays y agua.

Para mi sorpresa, me ofrecen adelantar mi vuelo retrasado: tomar el de las 18:30 —también con retraso— que tiene asientos libres. Despega hacia las 23:30. Acepto encantado, sin sospechar lo que me esperaba al aterrizar.

Durante la facturación me apremian a pasar el control de seguridad porque las puertas ya están abiertas. Corro, pero mi cuadro no cabe en los escáneres, así que tengo que salir y volver a entrar por otro punto. Con la chaqueta en una mano, la maleta en la otra, la mochila al hombro y el cuadro arrastrando, me indican un nuevo acceso.

Y ahí empieza el embrollo: en la mochila llevo reproducciones de piezas arqueológicas. El personal de seguridad sospecha que estoy expoliando patrimonio nacional. Les muestro un libro con una imagen del Calendario de Guezer, una de las piezas, para probar que es una copia. Les enseño los correos de la empresa que lo reprodujo… nada. Llaman al “experto”. Su parsimonia se podía medir en años luz. Apareció al cabo de un buen rato, me miró como si le molestara que yo existiera y, tras un vistazo perezoso, me dejó marchar.

Corro de nuevo a la puerta de embarque. Faltaban tres pasajeros. Subo. Respiro. Pido dos vasos de agua y doy gracias a Di-s.

El vuelo es tranquilo, aunque no consigo dormir. Estoy a punto de aterrizar en mi nueva casa, en el barrio de Arnona, a tan solo tres cuartos de hora caminando del centro espiritual del mundo: Har HaBait, el Monte del Templo.

Al aterrizar, estallan los aplausos típicos de los pasajeros israelíes. Salgo rápido. Me espera Elana, una conocida de mi futura compañera de piso, que amablemente se ofreció a llevarme a Jerusalén en su furgoneta: imposible subir al tren con tanta maleta.
Mi querido amigo Ariel Kanievsky no pudo venir porque ese mismo Shabat falleció su padre, Miguel ben Paulina z”l. Que su alma sea elevada.

Y entonces, otra vez ma laasot: mis maletas no han llegado. Toda mi ropa y libros —cuatro maletas llenas de libros— estaban perdidos entre Barcelona y Tel Aviv. Era la tercera vez que me pasaba ese año. Hice la reclamación. Me dijeron que llegarían “mañana”.
—Señorita —le dije—, estamos en el lugar idóneo para creer en milagros, pero hasta que lleguen, no tengo ropa. No cae del cielo como el mán (maná), ¿qué solución me dan?
Me ofrecen 200 dólares… en Israel, eso apenas cubre una camiseta y unos pantalones.

Llego a casa tras una hora de viaje. Me espera Marisol, mi compañera de piso: una judía argentina que lleva casi dos décadas en Israel y que pronto se convertiría en mi ángel de la guarda. Me acompaño en todos los trámites, al punto de pedirse un día libre para acompañarme al banco y a la compañía de telefonía.

La burocracia israelí es una coreografía de absurdos: el banco no te abre una cuenta sin un móvil israelí, pero la compañía no te da una línea si no tienes una cuenta en el banco. Bienvenidos a la Start Up Nation, también conocida como la Silicon Valley del Oriente Medio.

Mi primer día en Jerusalén se resume en discutir con un banco donde aún no tengo dinero, intentar comunicarme con una telefónica que no puede llamarme, y comprar ropa para sobrevivir los próximos días. La visita al Kotel, bien entrada la noche, no faltó. Saber que ahora puedo acudir no como turista sino como vecino es un regalo que no se puede describir.

El día siguiente, último del calendario gregoriano, lo dediqué a más trámites y a seguir esperando mis maletas. Sabía que no llegarían aún, pero uno nunca deja de esperar.
Ese día me convertí oficialmente en ciudadano de Jerusalén, capital espiritual del pueblo judío y capital física del Estado restablecido de Israel.

Cuatro mil años de historia que ahora incluyen también el nombre de David Díaz Yabo.


Y por eso digo que la esperanza no se pierde jamás.

בְּשׁוּב ה׳ אֶת שִׁיבַת צִיּוֹן – Cuando trajo el Eterno a los que volvieron a Sión

בס״ד

La octava línea del famoso Decreto de Ciro (539 a. e. c.) marca un hito importantísimo en la historia del pueblo judío. Cita así: 

𒀀𒂍𒋗𒍪 𒅖𒆪 𒌑 𒊩𒆷𒈬 𒊭 𒉌𒋛𒋗𒍪 𒀀𒍝𒁁

Bītātišunu aškun u šalmu ša nišīšunu aṣbat

Liberé a los pueblos oprimidos y devolví a sus hogares a los exiliados 
que habían sido deportados

Pero antes, un poco de contexto:

Con la muerte de Josías rey de Judá (609 a. e. c.) a manos de los egipcios, la plena soberanía judía se desvaneció. Sin embargo, Egipto no gozaría mucho de su conquista puesto que cuatro años después, Nabucodonosor II rey de Babilonia los derrotó en la batalla de Carquemis, de modo que Judá pasó a manos babilónicas. 

Tras un primer sitio y posterior conquista de Jerusalén (597), Nabucodonosor II deportó a Babilonia al rey Joaquín junto a los nobles y ciudadanos de la élite judaíta, mientras que los campesinos y el resto quedaron en Judá. Nabucodonosor decidió poner como rey de Judá a Sedecías, tío de Joaquín, que terminó por rebelarse contra Babilonia en el año 594. El resultado fue dramático: en el año 587 Nabucodonosor II arrasó Judá durante dieciocho largos meses y volvió a poner sitio sobre Jerusalén. 

En Las Crónicas Mesopotámicas de los primeros años de Nabucodonosor II, las cuales registran la batalla de Carquemis (605 a.e.c) y la captura de Jerusalén (597 a. e. c), podemos leer sobre estos acontecimientos:

𒌨𒄿𒅖𒄑𒇷 𒀀𒄑𒇷𒉡𒀀𒄑𒇷

u ṣītišu ana ḫarāši IAHUDU

Y sitió la ciudad de Judá (Jerusalén)

𒄑𒉡𒄷𒅆𒀀𒇲𒋢𒉌𒁹

u ina 2. ūmi šanāti Adaru, ālū bītātišunu u ḫaršu šarru

Y en el segundo día del mes de Adar, tomó la ciudad y capturó al rey

Jerusalén cayó tras meses de asedio en el año 586 y fue arrasada hasta sus cimientos bajo incontables pilas de cadáveres, la mayoría muertos por inanición. Sedecías fue apresado y antes de que le arrancaran los ojos, contempló cómo mataban a todos sus hijos. Acto seguido fue enviado como esclavo a Babilonia donde murió encadenado.

El sitio de Jerusalén está considerado como un episodio apocalíptico debido a su dureza. El hambre y la desesperación en la ciudad quedaron reflejados en el Libro de las Lamentaciones 4:10:

יְדֵי, נָשִׁים רַחֲמָנִיּוֹת בִּשְּׁלוּ, יַלְדֵיהֶן; הָיוּ לְבָרוֹת לָמוֹ, בְּשֶׁבֶר בַּת עַמִּי

Las manos de las mujeres hasta ayer, plenas de compasión, han cocido a sus propios hijos.
Éstos fueron su alimento durante la destrucción de la hija de mi pueblo.

A diferencia del resto de pueblos que fueron diluyendo su identidad, el pueblo judío mantuvo la esperanza de regresar. Quizás, la frase que mejor refleje este anhelo la encontramos en el Salmo 137:1

עַל נַהֲרוֹת בָּבֶל שָׁם יָשַׁבְנוּ גַּם בָּכִינוּ בְּזָכְרֵנוּ אֶת צִיּוֹן

Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos
y también llorábamos
recordando a Sión

Tras setenta años de exilio judío, Babilonia cayó en manos del Imperio Persa y Ciro I el Grande, el único personaje bíblico no judío ungido por Di-s, decretó el regreso de los judíos a Judá, ahora provincia persa de Yahud de la región de Eber Nari (al otro lado del río), además de a otros pueblos sometidos por los babilónicos tal y como se cita en su mencionado decreto, además de en los libros de Esdras 1:1-4 y 2 Crónicas 36:22-23:

𒀀𒂍𒋗𒍪 𒅖𒆪 𒌑 𒊩𒆷𒈬 𒊭 𒉌𒋛𒋗𒍪 𒀀𒍝𒁁

Bītātišunu aškun u šalmu ša nišīšunu aṣbat

Liberé a los pueblos oprimidos y devolví a sus hogares a los exiliados 
que habían sido deportados

Desde entonces, retornar a Sión -Sión como sinónimo de Jerusalén-, ha estado siempre latente en el corazón de cada judío que, por circunstancias de la vida, ha permanecido fuera de la Tierra de Israel.

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Mientras leéis estas líneas pongo rumbo a Sión para asentarme de nuevo en la Tierra de Israel, pero esta vez en Jerusalén. Siento un profundo orgullo de ser parte de la milenaria historia de nuestra capital física (Estado de Israel) y espiritual (judaísmo), elementos indivisibles como lo es Jerusalén. 

Parafraseando uno de los libros más inspiradores y aprovechando esta época, Jánuca: Ni hemos ocupado tierra extranjera ni nos hemos apoderado de bienes ajenos, sino de la herencia de nuestros antepasados, que ha estado algún tiempo en poder enemigo injustamente. (I Macabeos 15,35).

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Torat Hagmul, la teoría de la retribución

בס״ד

El Libro de Iyov (Job) comienza describiendo una tierra imaginaria, Utz[1], es decir Oz, y la vida de ensueño del protagonista[2], Iyov. Es fácil sentirse identificado desde el primer momento ya que, desde la infancia, el modelo de vida social y normativo que recibimos de nuestros padres se resume en formar una gran familia y prosperar en la vida. Sin embargo, un pequeño gran grupo tuvo que proyectar su existencia en base a esa tierra imaginaria y mágica donde los sueños que te atreves a soñar se hacen realidad[3], huir del sentimiento de culpa y la soledad. Somewhere over the rainbow… Aquella tierra lejana y mágica acabó por convertirse en el refugio para los amigos de Dorothy[4], ajeno al sufrimiento en el que transcurrían sus vidas por ser diferentes.

וַיִּוָּלְדוּ לוֹ שִׁבְעָה בָנִים, וְשָׁלוֹשׁ בָּנוֹת

Y naciéronle siete hijos y tres hijas

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Heródoto y la región de Palaistine

בס״ד

Los detractores al Estado del pueblo judío argumentan, sin haber leído al autor griego, que Palestina ya existía en tiempos de Heródoto (siglo V a. e. c.), con el fin de justificar una narrativa palestina, muy cogida por los pelos, de la existencia de una entidad independiente «desde Jordán hasta el Mediterráneo» en tiempos antiguos. Nada más lejos de la realidad.

En primer lugar, Heródoto, pese a  ser considerado tradicionalmente como el ‘padre de la Historia’ en el mundo occidental es un personaje cuestionable y cuestionado en múltiples ocasiones. Un ejemplo nos lo ofrece Manuel Balasch -de quien hago mi fuente para escribir parte de este artículo-, explicando la confusión de Heródoto con el linaje de los lacedonios, su creencia en leyendas que da por verídicas o errores geográficos flagrantes. Algo comprensible si se alimentaba de recopilar historias de lugareños.

Heródoto de Halicarnaso (actual ciudad de Bodrum, en la costa mediterránea turca) llegó a escribir nueve libros en los que narraba sus viajes por Asia, África y Europa dando así forma a su gran obra Historias, centrándose en las rivalidades entre persas y griegos, y algún que otro cotilleo y líos de faldas. Y sí, en sus viajes el escritor griego hace mención a palaistine (Παλαιστίνῃ = Tierra de los Filisteos). Como ya explica Manuel Balasch en su edición de Heródoto Historias (Cátedra, Letras Universales), el término Palestina en Heródoto no es unívoco, pues a veces significa el ámbito geográfico y otras aproximadamente el territorio que conforman el actual Estado de Israel. Hasta en seis ocasiones menciona dicha región

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Breve historia de la región de Palestina – la Tierra de Israel

בס״ד

Cinco mapas que explican brevemente los últimos 500 años la historia de la región de Palestina, simples al buen entendedor. Sin embargo la hasbará no trata de ser simples sino de explicar – hasbará viene del verbo leasbir, explicar, esclarecer -, y de hacer llegar al lector toda la información posible para que libremente pueda formarse una opinión.


Breve historia de la región de Palestina

Durante los cuatrocientos años de dominio otomano en Oriente Medio (1517-1917) nunca hubo una entidad Palestina independiente. La región geográfica de Palestina era parte integral de la provincia de Siria la cual a lo largo de los siglos sufrió diversos reajustes administrativos esto quiere decir que, por ejemplo, Jerusalén podría depender y pagar impuestos a su capital provincial, Damasco, o a la capital imperial, Constantinopla.

Con la desintegración del Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial, Reino Unido y Francia se repartieron Oriente Medio trazando fronteras según intereses políticos, imponiendo monarquías  – algunas continúan reinando, otras como la iraquí no duraron más que una promesa inglesa -, sin tomar en cuenta las diferencias étnicas, religiosas, culturales o tribales creando así el caldo de cultivo perfecto para mantener caliente toda la región hasta nuestros días. Y futuros.

En los siguientes mapas podemos observar la distribución etnico-religiosa actual en Medio Oriente, y guiándonos por conocimentos básicos de cada protagonista podemos entender los principales conflictos internos en cada país, su origen e incluso prever el fatal desenlace.

Distribución étnica (ver ampliado)

Distribución religiosa (ver ampliado)

La Sociedad de Naciones ordenó en 1922 a Reino Unido el establecimiento de un Protectorado Británico en la Tierra de Israel para “asegurar la creación de un hogar nacional judío”, comprometiéndose en la declaración Balfour (1917), al establecimiento de un hogar nacional para el pueblo judío en la región de Palestina, como agradecimiento a los judíos palestinos por sus servicios a Su Majestad durante la Gran Guerra. Ya en la década de 1870 los judíos de la región y otros llegados de Europa comenzaron el proyecto de la construcción de un hogar nacional judío mediante la compra de tierra a terratenientes árabes y sin oposición de las autoridades otomanas.

Declaración Balfour

El Protectorado Británico de Palestina en la Tierra de Israel incluía al actual Estado de Israel, Jordania, la Franja de Gaza y Judea & Samaria (Cisjordania), y que en teoría todo e territorio iba a ser el nuevo “hogar nacional judío”. Sin embargo, las promesas británicas también hablaban de la creación de un estado árabe.

La ayuda árabe prestada durante la Gran Guerra, que consistió principalmente en desestabilizar desde dentro al poder otomano, fue visto con buenos ojos por el Imperio Británico por lo que también se comprometió en apoyar la creación de un Estado árabe por lo que Londres dividió su protectorado, y los judíos de la margen derecha del río Jordan fueron transferidos a la margen izquierda, a Palestina, prohibiendo incluso su residencia y permanencia en el futuro estado Jordano. Sin embargo los árabes de Palestina no fueron transferidos al nuevo estado árabe – Transjordania – , por lo que los judíos veían cada vez más lejanas sus aspiraciones de un hogar nacional judío.

En 1922 se creó el Emirato de Transjordania, ya sin presencia judía, recibiendo plena autonomía en 1929. En 1946, un año antes del Plan de Partición de Palestina de Naciones Unidas, Transjordania logró su independencia de Reino Unido. Sin embargo habían pasado ya 25 años del establecimiento del Protectorado Británico por la Sociedad de Naciones y aún no había avances para el hogar nacional judío, sino todo lo contrario. Los árabes que permanecieron en Palestina exigían la creación de otro estado dentro del futuro Estado judío, lo que conllevó a la creación de la Comisión Peel de 1937 que recomendaba la partición de Palestina en dos Estados y posteriormente la Comisión Woodhed de 1938 recomendaba la creación de un Estado Judío en las zonas con mayoría judía y un Estado Árabe en las zonas con mayoría árabe,  dando lugar en 1947 a la Resolución 181 de Naciones Unidas para la Partición de Palestina.

Votación en Naciones Unidas

A favor 33
En contra 13
Abstenciones 10
Ausencias 1

Los judíos renunciaron a más del 80% del territorio que originalmente iba a estar destinado a un Estado judío. Sin embargo, y a pesar de que más del 70% del hogar nacional judío aprobado por la Resolución 181 comprendía el extenso y árido desierto del Neguev, y no incluía a Jerusalén ciudad que pasaría a ser administrada por las Naciones Unidas, los judíos aceptaron.

Sin embargo, en 1948 seis ejércitos árabes declararon la guerra al recién independizado Estado de Israel, con el único objetivo de echar a los judíos al mar. Tras finalizar la guerra en 1950, Jordania y Egipto frustraron los planes de la creación de un estado árabe en Cisjordania, a la vez que Israel fortalecía su presencia en las líneas de armisticio de 1949, asegurando su supervivencia hasta el reinicio de las hostilidades, dos décadas después.

En 1967 un ataque preventivo israelí sobre Egipto evitó que Nasser invadiera con mil tanques y cien mil soldados el sur de Israel, amenaza cada día más real desde que tres semanas antes del inicio de la guerra el Presidente egipcio expulsó a las fuerzas de emergencia de Naciones Unidas de la Península del Sinaí, que presumiblemente se habían establecido para evitar un conflicto entre ambos países. Siria y Jordania formaron coalición con Egipto, a la que se unió también Iraq lo que ponía en una situación muy difícil al Estado judío. El 5 de junio comenzó el conflicto y en seis días Israel conquistó la Franja de Gaza junto con Península del Sinaí a Egipto, el este de Jerusalén junto con Judea y Samaria a Jordania y los Altos del Golán a Siria.

Durante las casi dos decadas de dominio jordano sobre Cisjordania en ningún momento se planteó la creación de un Estado árabe en Cisjordania, tal y como debió establecerse en 1950. Jordania continuaba reclamando a Israel los territorios conquistados en 1967 con el fin de establecer la Federación Árabe Unida jordano-cisjordana, plan que se vio ensombrecido dos años después por la Liga Árabe quien decidió en 1974 reconocer a la Organización para la Liberación de Palestina como el único representante del pueblo palestino, lo que llevó al Rey Hachemi en 1988 a renunciar a su pretensión de soberanía sobre Cisjordania en favor del pueblo palestino, para establecer un Estado Palestino independiente de Jordania.

En un acuerdo de Paz con Egipto, Israel se comprometió a devolver los territorios que había conquistado bajo soberanía egipcia en 1967. Una paz que continúa vigente.

Las relaciones entre Jordania y los nuevos nacionalistas árabes palestinos fueron muy tensas a principios de los años 70 a raíz del intento de golpe de estado organizado por fedayines palestinos que se rebelaron contra el Rey. Como represalia miles de palestinos fueron masacrados por las fuerzas jordanas y otros miles expulsados del país. Esto supuso la creación del grupo terrorista Septiembre Negro, responsable del asesinato del primer ministro jordano Wasfi al Tal en 1971 y de numerosos ataques en suelo jordano, israelí e incluso europeo, como el comando que entró en la Villa Olímpica en los Juegos de Munich de 1974 asesinando a la delegación israelí.

Tras la expulsión del liderazgo palestino de Jordania la OLP se estableció en Líbano para continuar sus ataques contra Israel. Mientras llevaba a cabo ataques terroristas forjaba una alianza con Siria, que había invadido el país de los cedros, y junto con milicias locales fueron responsables directos de la limpieza étnica de cristianos durante la guerra civil libanesa mientras el mundo enmudecía. Israel decidó intervenir para poner freno a los continuos ataques desde el norte del país lo que puso en marcha la Operación Paz para Galilea en 1982 que terminó con la expulsión de la OLP a Túnez en 1985.

Yasser Arafat entendiendo la precaria situación de la OLP en el plano internacional y dio el primer paso para un futuro reconocimiento por parte de Israel. En 1988 proclamó desde Argel la independencia del Estado de Palestina reconociendo implícitamente al Estado de Israel e incluso renunciar a la lucha armada.

Este gesto forzado fue muy significativo para Israel y en 1991 la Conferencia de Madrid reunió a israelíes y palestinos en una carrera por la paz.

La Conferencia de Madrid marcó el inicio del futuro Estado Palestino. Tras ese primer encuentro tuvieron lugar los Acuerdos de Oslo en 1993 que establecieron cierta soberanía palestina por primera vez en la historia en ciertas partes de Judea y Samaria / Cisjordania. A cambio los palestinos se comprometían a renunciar a la violencia y con ello Israel a retirar sus tropas de Cisjordania. Las tropas jamás llegaron a retirarse debido a los continuos atentados contra israelíes. En 1995 los Acuerdos de Taba (Oslo II) otorgaron más competencias a la Autoridad Nacional Palestina en las zonas de Cisjordania acordadas en Oslo I. En el año 2000 en Camp David surgió la Iniciativa Clinton; Jerusalén, desconexión de territorios, y refugiados fue una combinación que se tradujo en un desastre total y tanto Israel como la Autoridad Nacional Palestina se negaron a ceder a las peticiones del otro.

En 2000 el Primer Ministro israelí Ehud Barak ofreció a Arafat la creación del Estado palestino en el 90% de Cisjordania y entregar barrios árabes de Jerusalén para hacerla su capital. El rais palestino rechazó la propuesta. El estallido de la Segunda Intifada en ese mismo año provocó la ruptura de cualquier negociación hasta su finalización oficial cinco años después. Casi mil civiles israelíes perdieron la vida en discotecas, restaurantes y autobuses en atentados suicidas, cuya cifra se detuvo drásticamente con la finalización de la Valla de Defensa.

Entre tanto en 2002 la Cumbre de la Liga Árabe en Beirut sugería la normalización de las relaciones de La Liga Árabe con Israel a cambio de evacuación  total de Cisjordania y la Franja de Gaza, retorno de refugiados y la división de Jerusalén. Israel rechazó la exigencia. En 2003 el Cuarteto compuesto por Rusia, UE, EEUU y la ONU idearon una Hoja de Ruta para lograr la creación de un Estado Palestino y el compromiso del cese de atentados y la cuestión de los refugiados. En 2004 la UE presenta otra Hoja de Ruta para la creación de un Estado palestino.

A finales de la Segunda Intifada se acuerda un alto el fuego entre Israel y la ANP que finaliza dos días después tras un atentado de Hamás.

Ariel Sharón z”l cumple el Plan de Desconexión de la Franja de Gaza en 2005 y evacúa de forma unilateral todos los asentamientos judíos, cuya respuesta se traduce en la victoria electoral de Hamás y el lanzamiento continuado de misiles contra población civil israelí que dio origen a tres conflictos contra Hamás y un bloqueo legal a la Franja de Gaza. En 2006 Guilad Shalit es secuestrado por Hamás, que será liberado en 2011 a cambio de la liberación de 1.027 terroristas palestinos. En 2007 en la Conferencia de Annápolis se fijan las líneas fronterizas, se acuerda el desmantelamiento de las infraestructuras terroristas en Cisjordania y la Franja de Gaza, pero en la práctica continúan con la lucha armada.

En 2012 incumpliendo con los Acuerdos de Oslo – que establecen que cualquier acuerdo debe ser discutido por las partes y no de forma unilateral -, la Autoridad Nacional Palestina solicitó formalmente a la Asamblea General de Naciones Unidas su admisión y reconocimiento como Estado observador no miembro, solicitud que aceptada y aprobada por la Resolución 67/19 por 138 votos a favor, 41 abstenciones y 9 en contra. Un mes después la ONU sustituyó oficialmente el término Autoridad Nacional Palestina por Estado de Palestina.

Por último en 2013 en el marco de la reanudación del proceso de paz Abu Mazen exige a Israel como gesto de buena voluntad la liberación de 104 presos palestinos implicados en actividades terroristas encarcelados antes de los Acuerdos de Oslo. Tras la liberación la parte palestina renunció a continuar el diálogo y con ello la reanudación del proceso de paz.

A día de hoy no solo continúan suspendidas las negociaciones sino que el liderazgo palestino está en sus peores momentos. Con un presidente palestino débil políticamente y enfermo de salud y una lucha interna por alcanzar el poder junto con el temor de israelíes y palestinos de que con apoyo de Irán Hamás se apodere de Cisjordania, el futuro de un Estado palestino real y soberano – la Resolución 67/19 carece de legalidad internacional y no cumple con la Convención de Montevideo -, con fronteras reconocidas y territorio continuado cada vez está más lejos.

Yom Revi´i 7 de Tammuz de 5778
Miércoles, 20 de junio de 2018

Pablo VI, sellos y postales para derribar la narrativa palestina

בס״ד

Con la dinastía Omeya (661) comenzaba un dominio musulmán sobre Jerusalén que duraría doce siglos, hasta que la Sociedad de Naciones encomendó a Reino Unido -como parte de la desintegración del Imperio Otomano-, la creación de un Mandato sobre Palestina-La Tierra de Israel, una región que dependió durante siglos de la gobernación de Damasco o de Sidón, entre otras.

Durante doce siglos (661 – 1923), Jerusalén nunca fue capital de ninguna soberanía musulmana. Únicamente fue capital cristiana durante la Primera Cruzada, entre los años 1098-1187.

Con la Partición de Palestina (1947), y la posterior guerra árabe-israelí (1948-49), Transjordania anexionó de forma ilegal el territorio de Judea y Samaria, incluyendo la parte este de Jerusalén (1950) permaneciendo en su poder hasta 1967.

Durante casi dos décadas de dominio jordano, Jerusalén tampoco fue capital musulmana. Sobra decir que ningún palestino reclamó Jerusalén «capital de Palestina», porque no existía ninguna palestina.

Los judíos no hemos ocupado Jerusalén sino que, como ocurrió en distintos momentos de la historia, hemos restablecido nuestra capital.

Sin embargo, la narrativa palestina, alimentándose de mantras y ningún rigor histórico, viene a decir que Jerusalén es la «capital eterna de Palestina», que «Israel ocupó Palestina» y para demostrarlo utilizan una única fuente; un mapa a dos colores de cómo el blanco va comiéndose al verde -color del islam-. La última invención es crear una aplicación de poblados árabes haciéndolos pasar por milenarios, cuando en realidad fueron creados durante la misma época en la que los judíos necesitaban mano de obra barata (1882).

La Resolución 181 de las Naciones Unidas -Partición de Palestina-, dio a los judíos y árabes la posibilidad de crear dos estados -uno judío y uno árabe-. Sin embargo,  la posterior anexión transjordana sobre la mayor parte del territorio árabe asignado por la ONU a la futura Palestina -Judea y Samaria, además del este de Jerusalén-, hizo que Palestina nunca llegó a independizarse.

En este mapa de la revista Time en español de 1962 podemos apreciar que la palabra «Palestina» simplemente no aparece. Cisjordania era parte integral de Jordania y la Franja de Gaza estaba administrada por Egipto.

 

Peregrinación a Tierra Santa, no a Palestina.

El Papa Pablo VI en su peregrinación a Tierra Santa en 1964 visitó la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén así como la Basílica de la Natividad en Belén, ambas bajo dominio jordano y fue recibido por autoridades del reino Hachemí.

Una serie conmemorativa de sellos fue editada en honor a la visita del pontífice, donde además podemos apreciar la Cúpula de la Roca y al Aqsa.

Santo Sepulcro, Jerusalén.

Basílica de la Natividad, Belén.

Cúpula de la Roca, Jerusalén.

Al Aqsa, Jerusalén.



En una postal enviada desde Jerusalén a un señor de Barcelona en 1966 podemos apreciar en el sello la Cúpula de la Roca bajo dominio del reino jordano.


Una postal sin datación exacta del Vía Crucis en Jerusalén muestra una bandera de Jordania, y en el reverso podemos apreciar que en la época esta milenaria calle estaba bajo dominio jordano.

Cualquiera de estas imágenes tira por tierra la narrativa palestina, y no digamos ya si nos remitimos a la historia y a la arqueología.

Jerusalén Sagrada

Hace un tiempo adquirí esta réplica de medio Sheqel de la época de la Gran Revuelta judía contra Roma (66-67 e. c.), en la que podemos leer en hebreo antiguo «Jerusalén Sagradao Santa -«.

Esta revuelta devolvió al pueblo judío la soberanía sobre Judea y Jerusalén volvió a ser su capital seis siglos antes de que el islam invadiese la Tierra de Israel. A pesar de las evidencias la narrativa palestina niega al estado del pueblo judío su capital Jerusalén.

La única moneda acuñada con la palabra “Palestina” fue durante el Mandato Británico (1929-1948), una reforma monetaria que pretendía frenar el caos entre libras egipcias y liras turcas. En la moneda instaurada por Reino Unido se podía leer “Palestina” a tres grafías; latina, árabe y hebrea con la particularidad de la abreviatura entre paréntesis א״י  “Eretz Israel”, la Tierra de Israel. En esta ocasión la narrativa palestina tampoco se ve favorecida por la numismática.

A pesar de todo aún hay tontos útiles que creen que si entras a un armario puedes acabar en Narnia.

Yom shlishí 1 de Tevet de 5778
Martes, 19 de diciembre de 2017

דוד יאבו
David D. Yabo

Junto a los ríos de Babilonia

בס״ד

עַל נַהֲרוֹת בָּבֶל שָׁם יָשַׁבְנוּ גַּם בָּכִינוּ בְּזָכְרֵנוּ אֶת צִיּוֹן

Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentábamos y también llorábamos recordando Sión.

Tehilim/Salmos, 137.1

Seis meses, que son ciento ochenta y cinco días, hace hoy que vivimos en Barcelona, en la galuta.

Medio año recordando a Sión.

עברו שישה חודשים מאז שאנחנו גרים בגולה. חצי שנה. 185 ימים שלבי בוכה וזוכר את ציון

״עַל נַהֲרוֹת בָּבֶל שָׁם יָשַׁבְנוּ גַּם בָּכִינוּ בְּזָכְרֵנוּ אֶת צִיּוֹן״

?יושב וחושב על ציון, מתי נחזור
?יושב ולבי בוכה לכיוון ציון, עד מתי נהיה פה

בורא עולם, אבא, קח אותנו לארצנו, תציל אותנו ״עַל כַּנְפֵי נְשָׁרִים״ מהמדינה הזרה הזאת

תחזיר אותנו הביתה
אל תשכח אותנו

ונאמר אמן

Destino Barcelona

בס״ד

Hoy mi marido y yo comenzamos una nueva vida en Barcelona, llena de proyectos y nuevas metas.

‫היום אני ובעלי מתחילים חיים חדשים בברצלונה, עם המון פרויקטים ומטרות חדשות.‬

!‫בָּרוּךְ אַתָּה ה’ אֱלֹהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם, שֶׁהֶחֱיָנוּ וְקִיְּמָנוּ וְהִגִיעָנוּ לַזְּמַן הַזֶּה!‬

Otros 1900 años y aún seguiremos aquí

בס״ד

Si todo lo que nos cuenta la narrativa palestina fuese cierto, el Coliseo de Roma no existiría por una sencilla razón; para subvencionar la costosa obra, según una inscripción reconstruida encontrada en la zona,  fueron necesarios los tesoros robados por Roma tras la conquista de Jerusalén por el general Tito en el año 70 de la Era Común.

Este trágico capítulo de la historia del pueblo judío fue testigo, y posteriormente narrado en su obra «las guerras de los judíos«, el historiador Flavio Josefo, y que además está representado frente al Coliseo de Roma en forma de relieve en el Arco de Tito. En este arco de la victoria, podemos ver cómo legionarios romanos transportan los tesoros del Segundo Templo de Jerusalén, incluyendo el candelabro judío del mencionado Templo.

Según parece, para la narrativa palestina tampoco aconteció que cien años atrás Pompeyo conquistase Judea asediando Jerusalén por varios meses, dejando tras de sí más de diez mil muertos,  y arrebatar el sumo sacerdocio a Aristóbulo II, quien fue  reemplazado por su hermano Juan Hircano II siendo ministro Antípater, el padre del Rey Herodes. Que años después el Senado de Roma, apoyado por Marco Antonio y Octavio Augusto, nombrase Rey al idumeo medio árabe medio judío con la frase Rex socius et amicus populi Romani (Rey, aliado y amigo del pueblo romano) deberá tratarse de un cuento de hadas y no un acontecimiento histórico para aquellos que sostienen que los judíos somos invasores en esta tierra. Extraño que aún no hayan declarado a Herodes el «primer rey palestino».

¿De qué trata la narrativa palestina y qué nos quiere vender? Trata de borrar milenios de historia, de modificarla y de jugar a los anacronismos (Jesús el palestino), cuyo único objetivo es desenraizar al pueblo judío de nuestra tierra. Esto no es nuevo, ya se intentó en el Siglo II. Adriano, que este año se cumplen 1900 años de su ascenso al poder,  será recordado amargamente por el pueblo judío no sólo por pulverizar Jerusalén y renombrarla como Aelia Capitolina, también por cambiar el nombre de Judea por el de Palestina con el fin de borrar toda conexión judía de Erets Israel, porque es a este emperador romano al que le debemos el nombre latino de Palestina a esta región y no a un movimiento de liberación árabe, y menos aún musulmán.

El historiador Cassius Dio menciona en sus escritos la visita de Adriano a Jerusalén entre los años 129-130, por lo que partiendo de la propia narrativa palestina podemos prescindir del considerado junto a Herodiano como el mejor escritor de los siglos I y II. ¡Borrémoslo de la historia!

Negar el vínculo histórico religioso, cultural y arqueológico del pueblo judío con esta región es rechazar tres milenios de historia, es borrar de la memoria historiadores y emperadores. Es caer en una ignorancia supina propia de aquellos que nunca en su vida han abrierto un libro de historia. Sin duda para ellos es más fácil memorizar y repetir hasta la saciedad eslóganes fabricados desde el prejuicio por activistas de salón.

Grupos radicales como el BDS abanderan esta ideología negacionista, y que además cuenta con el apoyo de resoluciones de Naciones Unidas – promovidas por teocracias y dictaduras -, pese a los hallazgos arqueológicos e innumerables documentos que demuestran los vínculos del pueblo judío con esta tierra, donde también tuvo su origen el judaísmo.

Seguir negando lo evidente es simple y llanamente estúpido.

Desde que Roma ocupase Erets Israel bizantinos, omeyas, abasíes, selyúcidas, cruzados, ayubíes, mamelucos, otomanos y británicos entre otros han tratado sin resultado expulsarnos, arrebatarnos nuestra identidad y desenraizarnos. Continúan negándonos el derecho a nuestra tierra, ahora mediante falsas ONGs humanitarias y organismos internacionales pero, como ya escribió Mark Twain; otros pueblos han crecido y mantenido su antorcha prendida en alto por algún tiempo, pero finalmente se les apagó y ahora se encuentran en el crepúsculo o ya no existen.

Nuevos personajes se sucederán, pero el judío siempre permanecerá en su tierra ancestral.

Otros 1900 años y aún seguiremos aquí. Y Jerusalén seguirá llamándose Jerusalén.

Yom Rishon 17 de Tevet de 5777
Domingo, 15 de enero de 2017

דוד יאבו
David D. Yabo

Profunda preocupación

ב»ה
El otro día me topé con un artículo en elpais.com sobre la «profunda preocupación» europea ante la construcción/ampliación de viviendas «ilegales» en colonias judías. La preocupación conllevó a consulta de los embajadores israelíes de Reino UnidoFranciaAlemaniaItalia y España, para amonestarlos de forma oficial, es decir con cámara y micrófono en mano, para que el mundo se entere bien.
Según escribía Carmen Rengel en su artículo:
Si en Israel, que viven aproximadamente 1,5 millones de árabes (el 19 % de la población total) estuviésemos hablando de “impacto perjudicial” sobre la comunidad árabe, como mínimo seríamos expulsados de Naciones Unidas. Pero no hablamos de «impacto perjudicial» si no todo lo contrario. Tenemos partidos políticos árabes, jueces en el Tribunal Superior de Justicia, abogados, economistas, actores, embajadores, etc…  A eso, en Israel, lo llamamos convivencia. Todos gozamos de las mismas libertades, derechos y obligaciones. A eso, en Israel, lo llamamos democracia.
Si bien es cierto que en la cuatro veces milenaria Judea y Samaria, renombrada como Cisjordania en 1950 por Jordania, viven alrededor de 600.000 israelíes (un 15 % del total de habitantes de Judea y Samaria) dudo mucho que ello represente el peligro de un “impacto perjudicial” como podemos leer en el artículo.
Llamemos a las cosas por su nombre, el “impacto perjudicial” del que habla Europa, siempre de boca palestina, de 600.000 israelíes frente a los 4 millones de palestinos que viven más allá de la línea verde, no trata de cifras si no de la mera presencia judía en el futuro estado palestino. Una palestine judenrein. Es decir, una limpieza étnica.
Sería descabellado pensar en estos términos tan radicales, sin embargo el embajador de la OLP en EE.UU, Rashid Areikat, ya declaró en septiembre de 2011, y días antes de la famosa votación en la ONU, la “separación” de ambos pueblos.
Carmen continúa:
Es cierto que el ejecutivo de Netanyahu libera terroristas palestinos a cambio de construir casas en colonias judías, medida por otra parte consensuada por Washington y de alguna forma u otra permitida e incluso tolerada por el gobierno palestino que, sin embargo, nos sorprende haciéndose la víctima traicionada.
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También es de sobra conocido, aunque no por lectores que leen propaganda, que existen una serie de asentamientos, fijados en tres grandes bloques, que corresponden al grupo de barrios y colonias que no están incluidos dentro del plan de desmantelamiento del gobierno israelí para futuras negociaciones de paz con los palestinos (medida también consensuada por Washington). Para el lector que desee saber a qué bloques de asentamientos me refiero solo tiene que echarle un vistazo a los Parámetros Clinton, Taba, el Plan Olmert o la Iniciativa de Ginebra, por ejemplo, cuyos mapas se acercan cada vez más a la realidad de las futuras fronteras entre Israel y Palestina.
Parámetros Clinton.
 
Taba
 
Plan Olmert
 

Iniciativa de Ginebra
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Pero, como de todos es sabido, la misión periodística en este conflicto parece que no está en informar si no en copiar y pegar, o oír y escribir, sin siquiera investigar sobre qué se está cubriendo.
Un capítulo parecido a éste tuvo lugar en agosto del año pasado. El Ministerio de Vivienda y Construcción aprobó la construcción de 1.200 casas. La noticia, como era de esperar, fue publicada a bombo y platillo con el dedo acusador apuntando hacia Israel (también por parte de elpais.com y de su corresponsal en Israel) sin informar debidamente que las nuevas viviendas estaban dentro de los asentamientos que corresponden al grupo de barrios y colonias que no están incluidos dentro del plan de desmantelamiento. Algo ya conocido por todas las partes negociadoras.
Las viviendas se planearon para los barrios de Guiló (400), Homat Shmuel (210) y Pisgat (183) además de las colonias de Ariel (119), Efrat (149), Maalé Adumim (92) y Beitar Illit (38)
Mapa con la ubicación de los barrios de Guiló, Homat Shmuel y Pisgat, además de Efrat, Maalé Adumim y Beitar Illit.
En el centro la Capital Jerusalem (ירושלים)

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Mapa de la ubicación de Ariel.

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Por último, la corresponsal en Jerusalem escribe:
Es muy triste, y lo digo con sinceridad, cualquier ataque a la propiedad ya sea judía o palestina. Lamentamos y condenamos los ataques que colonos judíos puedan ocasionar contra intereses palestinos, al mismo tiempo que lamentamos, y condenamos, los ataques contra intereses judíos, los cuales brillan por su ausencia en el citado artículo, y en general cualquiera.
Sin ir más lejos, y como dato, Israel cerró el año 2013 con 150 intentos de atentados dentro del territorio israelí, uno cada dos días. Además de ataques continuados con bombas incendiarias, piedras y armas de fuego contra civiles colonos. Para enterados un poco sobre la violencia palestina contra civiles israelíes en Judea y Samaria, pulsad aquí.
A esto añadir un aumento muy significativo en las últimas semanas de lanzamientos de misiles, cohetes y morteros contra territorio israelí desde la Franja de Gaza (25 impactos de misiles desde el inicio de 2014), lo que conllevó incluso a suspender el pasado viernes (17/1), domingo (19/1) y lunes (20/1) las clases en los colegios de Ashdod desprovistos de bunker.
Comprendo que los líderes de Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y España, con los medios de comunicación que disponen, vean con “profunda preocupación” la situación en Israel y los territorios palestinos. Pero no logro entender que puedan opinar sobre un conflicto de un país que, que salvo el Presidente de Francia, ni siquiera han visitado.
Les esperamos.
Yom Jamishí, 22 de Shvat de 5774
        Jueves, 23 de enero de 2014
דוד יאבו
David D. Yabo