Sobre este tema tratará este post y no sobre la Historia de la Judería de Sevilla, que estoy seguro, encontraréis sobre ello en numerosos libros. Trataré de explicar de forma resumida los que, en mi opinión, son los tres ejemplos más lamentables sobre la situación del legado judío de Sevilla. Dejaré en último lugar el ejemplo que, a todas luces, me parece el más grave y cruel para con el recuerdo de nuestros antepasados.
Comenzamos:
En el año 1248 los cristianos conquistaron la ciudad árabe de Isbilya (Sevilla). Para purificar la ciudad, ésta fue vaciada por completo de gente por tres días, después de los cuales comenzó a repoblarse de nuevo con cristianos y judíos. Pese a que en un principio no hubo musulmanes en el reparto, los años subsiguientes los (ahora) almudéjares habitaron de nuevo en una zona delimitada de la ciudad, llamada morería.
Esta repoblación, conocida como Repartimiento de Sevilla, tiene como consecuencia que las mezquitas de la ciudad son convertidas en iglesias, excepto tres que son entregadas por el Rey Alfonso X a los judíos.
En un principio los judíos podían vivir en cualquier zona de la ciudad, sin embargo con el paso del tiempo, finalmente fueron obligados a hacinarse en un barrio solo para judíos.
Existió, como en toda ciudad europea con población hebrea, un barrio judío que acabó por convertiste en el gueto judío – la Aljama-. El cerco de la antigua judería se iniciaba en la calle Tintes, pasaba por la plaza de las Mercedarias, Conde de Ibarra y Federico Rubio hasta alcanzar Mateos Gago. De ese muro que rodeaba la judería, erigido en la segunda mitad del Siglo XIII, tan solo queda un pequeño tramo de muy pocos metros situado en la calle Fabiola. Apenas nadie conoce la historia de este pequeño muro porque no hay ningún tipo de señal que lo indique.
El ayuntamiento de Sevilla, por alguna razón que desconocemos, sigue sin señalizar el único vestigio que queda del citado muro para dar a conocerlo al turista o, incluso, al sevillano de a pie puesto que no dimos con ningún vecino que supiera qué era en realidad esta pared con tonalidad distinta al resto.
Si alguien cree oportuno pedir explicaciones al Ayuntamiento de Sevilla, por favor, podéis hacerlo en el Instituto de la Cultura y las Artes al teléfono +34 955 471 22 o en la cuenta Twitter del Ayuntamiento: @Ayto_Sevilla
Muro del Gueto de la judería de Sevilla. Foto tomada por el autor de esta web |
La Iglesia de Santa María la Blanca, ubicada en la calle del mismo nombre en pleno corazón de la judería, fue sinagoga y en sus comienzos una mezquita. Guarda un secreto a gritos que sus custodios se apuran en esconder a golpe de cepillo. Mucha gente conoce la historia de la iglesia y estoy seguro que a nadie importa que antes fuera un lugar de culto judío y musulmán. Sin embargo, lo que parece molestar es que recientemente tras su remodelación y al tirar un cuadro de Murillo (una copia, pues el original se encuentra en Madrid), se descubriera partes de la que fue en su día la sinagoga judía.
Aún es posible apreciar los últimos restos del templo hebreo, al menos hasta que las limosnas que recogen de turistas y beatas logren ocultar nuestro pasado tras un trozo de escayola y figuritas blancas.
Antigua sinagoga Foto tomada por el autor de esta web |
El cementerio judío.
Hace 17 años se descubrió mientras se excavaba en una obra, un cementerio judío que data de los Siglos XII y XV.
Paso a escribir el texto de la siguiente fotografía:
¿Os había mencionado que el cementerio fue expoliado para construir un garaje?
Como lo leéis.
Pero ojo al detalle: para recordar que el cementerio estuvo ubicado en este mismo terreno, ni cortos ni perezosos dejaron una de las tumbas (que ni tan siquiera es su emplazamiento original) tras una vitrina en el mismo espacio en el cual está permitido aparcar.
Puedo imaginarme vuestras caras al descubrir que, justamente al lado, hay un cartel de reservado donde además se dispone de una preciosa vista para apreciar el colorido interior del Parking, mientras que delante del ataúd, dificultando la vista e incluso la accesibilidad, descansa un vehículo.
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Aquí lo podéis ver mejor desde otra perspectiva.
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Añadir a esto que en la calle, en parte superior la que se accede para bajar al Parking, tampoco figura ningún cartel que indique que un piso más abajo se encuentra un trocito (nunca mejor dicho) del pasado judío de la ciudad.
Para los curiosos, este Parking está situado en la calle Cano y Cueto, junto los jardines de Murillo.
Y aquí finaliza este pequeño y muy breve resumen de la importancia que la ciudad de Sevilla da a su legado judío.
Pero tranquilos, sevillanos, que no estáis solos. Historias como estas hay muchas en España. Me viene a la cabeza, por ejemplo, que el cementerio judío que encontraron en Valencia durante la construcción de El Corte Inglés edificaron sobre restos arqueológicos únicos. Una barbaridad.
Quiero creer que esto no va a quedar así. Somos en parte responsables de esto que esté ocurriendo puesto que no somos lo bastante persistentes. Recordemos que somos un pueblo de dura cerviz y que justicia, justicia perseguirás. No debemos conformarnos con nacer y respirar. Todos tenemos un objetivo común y responsabilidad para con nuestro pueblo.
Todo Israel es responsable el uno por el otro (Sanedrín, 27:72).
Quiero agradecer a Moisés por su tiempo y esfuerzo, por patearse junto con nosotros toda la judería y contestar a todas nuestras preguntas. Quiero, además, recomendar a todos que no dudéis en contratar sus servicios si de verdad queréis conocer la historia de la Sevilla judía.
Este post fue revisado por Moisés Hassán-Amsélem.
http://www.jewishspain.net
moises.hassan@gmail.com
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