בס״ד
Beatriz Talegón, directora de opinión en diario16.com, escribió recientemente un artículo con expresiones similares a los Protocolos de los Sabios de Sión. En su artículo, sobre los enfrentamientos que están teniendo lugar en Jerusalén, Talegón despertaba los viejos prejuicios de la conspiración judía mundial.
¿Está realmente cualificada una persona con este tipo de comentarios para hablar sobre un tema tan complicado como el conflicto entre israelíes y palestinos?
Me tomé la libertad de analizar todo su artículo para demostrar con datos que Bea se equivoca en todo. O, quizás, le han hecho equivocarse en todo.
Escogí partes del artículo – que aparecen en color marrón – para a continuación analizar y explicar los errores del texto.
«No existe un “conflicto” entre Israel y Palestina. Existe un abuso, una humillación y por otra parte, una respuesta«.
Si la «respuesta» a la que Bea se refiere es a la del asesinato de tres miembros de la familia Solomon, apuñalados mientras cenaban horas antes de publicar su libelo, estamos hablando de apología del terrorismo.
Si la «respuesta» a la que Bea se refiere es a la del asesinato de la familia Foguel, degollados mientras dormían – incluyendo a dos niños y un bebé -. seguimos hablando de apología del terrorismo.
3117 «respuestas» palestinas -civiles muertos en atentados terroristas- que podrían ser 3117 justificaciones para Talegón.
«No voy a adentrarme en cuestiones históricas. Ni siquiera políticas».
No puede porque no sabe. Si supiera algo de cuestiones históricas o políticas sabría que nunca hubo una soberanía palestina, y que por consiguiente no podemos hablar de una ocupación palestina. El Waqf jordano es quien administra los Santos lugares del Islam en Jerusalén desde 1967 -fecha en la cual Israel anexionó el este de Jerusalén y conquistó Cisjordania a Jordania-, y no una autoridad islámica Palestina. Hasta 1948 la actual Cisjordania estaba bajo el Mandato Británico, instaurado en 1920 por la Sociedad de Naciones. ¿Dónde queda Palestina?
Una provincia de nombre Palestina
Si Talegón supiera algo de cuestiones históricas sabría que el Rey Faisal en junio de 1919 reivindicó en el Congreso Árabe Sirio la independencia de la Gran Siria, que comprendía las actuales Siria, Líbano, Jordania e Israel, además de los territorios administrados por la ANP. Y no solo eso, también el Congreso de Comunidades cristianas y musulmanas de Jerusalén, que representaba a los árabes de la zona -lo que ahora llamaríamos palestinos -, pidieron ser Siria.
Apunte: La falta de soberanía palestina no es solamente que no hubiera un Estado, tampoco hubo un pueblo ni una nación que se definiera como tal y reclamara su derecho a un Estado. Al contrario de los kurdos o los drusos que nunca tuvieron un estado independiente, pero que nadie duda de que han tenido una identidad Kurda, a pesar de que nunca tuvieron soberanía independiente.
Si retrocedemos un poco atrás en el tiempo, tras una reorganización territorial en 1887 por parte del Imperio Otomano (1517-1923) la provincia otomana de Palestina quedó dividida en dos partes: el norte integrado en la provincia siria de Beirut y el sur dependiente de las autoridades de Jerusalén, ciudad que a su vez dependía de Constantinopla. No hay soberanía palestina.
Retrocedemos aún más en el tiempo. Durante la dinastía de los ayubíes (1171-1250) tampoco encontramos evidencias de una Palestina independiente. Como tampoco en la época cruzada (1098, 1099-1187), o durante los turcos selyúcidas (1037-1157), tampoco en el califato Abasí (750-945) o durante la ocupación islámica de la Tierra de Israel en el Siglo VII bajo la dinastía Omeya (661-750). En los últimos 1356 años ningún indicio de una palestina soberana.
«Usted, querido lector, estará cansado de ver una y otra vez imágenes de altercados, violencia, (…) Repito: los palestinos liándola, y los israelíes encarnando la imagen del orden y de la autoridad, protegiendo vaya usted a saber qué. Esa es la imagen».
Este es uno de los principales problemas de quien lo único que sabe y escribe sobre el conflicto israelo-palestino es lo que aparece en una fotografía. Triste que el periodismo haga del refrán «una imagen vale más que mil palabras» su máxima. Algunos, incluso, les cuelan imágenes de Siria para hacerlas pasar por Gaza.
«(Los israelíes) protegiendo vaya usted a saber qué»
Protegiendo a los civiles, ya sean judíos, musulmanes o cristianos, israelíes o no. Por ejemplo de tres guerras, cuatro conflictos, dos intifadas (1000 civiles israelíes muertos solo en 5 años, el mismo numero de víctimas de ETA pero en 50 años), y lanzamientos de 15 mil misiles por más de una década desde población civil – desde viviendas en Gaza – contra población civil israelí. Doble crimen de guerra.
«(…) cientos de palestinos –musulmanes- rezando en la calle, frente a los arcos de seguridad que se había decidido implantar en la zona sagrada de Jerusalén (…)»
Israel instaló arcos detectores de metales como consecuencia del atentado contra dos policias israelíes – drusos – del viernes 14. Resulta curioso cómo Bea juega con los sentimientos del lector haciéndole creer que por instalar arcos de seguridad en lugares santos éstos pierdan su caracter sagrado. Para entrar a cualquiera de los cuatro accesos del Kotel – Muro de los Lamentos – hay que pasar por arcos detectores de metales. Para subir a la explanada de las mezquitas – por el acceso para no musulmanes – hay que pasar por arcos detectores de metales. Todos pasan por los arcos, judíos y no judíos, y nadie se siente humillado ni tampoco nos hace sentir como terroristas potenciales.
Los arcos de seguridad que menciona Bea no están en la «zona sagrada», sino en los accesos a la zona sagrada.
En el artículo Bea habla de humillaciones.
«Y ese ha sido el motivo del monumental cabreo por parte de palestina. Y yo añado: y de quienes estamos bastante hartos de ver las continuas humillaciones de Israel».
¿Acaso es una humillación tomar medidas para prevenir actos terroristas? ¿A ningún palestino le parece más humillante que musulmanes profanen el tercer lugar más sagrado del Islam convirtiéndolo en un almacén de armas? ¿Alguna manifestación contra este atropello? Solo silencio.
No me siento humillado cuando paso por los arcos de seguridad para acceder al Kotel, sin embargo los palestinos argumentan sentirse humillados porque «con esta medida están dando a entender que todos los musulmanes son potenciales terroristas». Excusatio non petita, accusatio manifesta.
«La llegada al aeropuerto transmite la sensación de estar en un lugar en guerra».
Israel es un Estado oficialmente en guerra con Líbano y Siria – las fronteras aun no están definidas con dichos países -, e Irán repetidas veces amenazando la existencia del Estado judío, atacando objetivos israelíes fuera del país. A eso añadir los secuestros y atentados sufridos en el aeropuerto israelí, y contra la compañía israelí El Al en aeropuertos europeos.
Nos obsesiona un poquito la seguridad, qué le vamos a hacer.
«Y comienzas tu camino hacia Jerusalen. Tendrás que parar en lo que llaman Checking points (puntos de revisión), donde, igualmente, tendrás que someterte al control de policías armados hasta los dientes».
No hay un solo Checkpoint desde Ben Gurion hasta Jerusalén en la autopista 1, la ruta utilizada para llegar a Jerusalén. El único Checkpoint está en la salida de Givat Zeev si vas por la 443 pero nadie te revisa. Y nadie va por esa ruta salvo que quieras ver el Checkpoint para después escribir tonterías.
A Bea le diría que ese viaje programado tenía un fin que era posicionarte contra Israel. Pero por si aun no os habéis dado cuenta, continúo.
«Pero lo más chocante, lo más significativo es visitar un asentamiento israelita en territorio palestino. Eso es algo que normalmente los turistas no pueden ver, no está dentro de las rutas planificadas, y muy seguramente, nadie se lo cuente».
Pues claro que no, porque son ciudades residenciales sin ningún valor turístico como Rambla, Rejovot, o Modiin (en Israel), de la misma forma que en tu ruta no planifica visitar el palacio residencial de Abbas que costó la friolera de 13 millones de euros de ayudas internacionales. Al turista no le interesa dónde viven los residentes, solo sacarse selfies.
Palacio Presidencial de Abbas en Ramalla
Sobre la diferencia entre asentamientos israelíes y poblados palestinos escribes que «a los palestinos se les niegan desde la administración general» asfaltar sus localidades, viviendo así en condiciones propias del pasado siglo. Supongo que te referirás a la administración palestina que es, según Oslo, la encargada de procurarles un cierto grado de desarrollo. Ya en 2012 el 6 % del presupuesto anual palestino iba destinado a la manutención – sueldo mensual – de terroristas palestinos en cárceles israelíes y familias, el palacete del señor Abbas (2015), sumado a la corrupción de Fatah y la vida de lujo de la viuda Suha por Europa poco queda para el desarrollo del sufrido pueblo palestino.
Nota: Presupuesto de la Autoridad Palestina en 2017 para sueldos a terroristas encarcelados y liberados es de 153,4 millones de dólares, un 13% más que el año pasado.
«(…) durante mi mandato como Secretaria General de la Internacional de Jóvenes Socialistas organizamos una visita de estudio entre jóvenes israelíes y palestinos: visitamos el muro de la vergüenza, los asentamientos israelitas, y tuvimos una reunión con el presidente palestino, Abbas, en Ramala».
«Muro de la vergüenza», porque para Bea parece que justificar atentados contra civiles israelíes no es suficiente, además está contra evitar más atentados.
Este gráfico demuestra que tras el comienzo de la construcción de la Valla de Defensa – año 2003 – las víctimas israelíes en atentados terroristas perpetrados desde localidades palestinas de Judea y Samaria / Cisjordania disminuyeron de forma considerable.
El derecho a legítima defensa – el propósito de la valla – está contemplado en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y según el Derecho Internacional se permite una reacción inmediata contra agresiones antijurídicas actuales o inminentes con el objetivo de repeler ataques presentes o futuros, en este caso atentados contra población civil.
Supongo que durante su mandato como Secretaria General de la Internacional de Jóvenes Socialistas no organizaron una reunión con el Primer Ministro israelí, o en su defecto el Presidente. El carácter anti-Israel del viaje organizado de Talegón queda perfectamente demostrado.
«Pude ver a mis compañeros israelitas llorando al comprobar con sus propios ojos lo que eran los territorios ocupados. Les vi abrazando a Abbas y pidiendo perdón por todo lo que el pueblo judío estaba provocando en el palestino».
¿Cuantos palestinos contrarios a la política palestina de Fatah o Hamas vio Talegón en Palestina? Ninguno. En esos viajes programados en los que se abrazan y bailan juntos el Kumbayá no muestra esa cara palestina, ese hastío de la sociedad que ve como desde Ramalla y Gaza malversan miles de millones de ayudas internacionales para construirse mansiones o subvencionar el terror.
«Se le silencia, se le invisibiliza. Se le oculta y ahora se trata de dar a entender que todos los musulmanes son potenciales terroristas. Por eso Netanyahu decide poner arcos metálicos en el acceso a la zona sagrada de la ciudad».
Excusatio non petita, accusatio manifesta. Los arcos están ahí de igual modo que están en La Meca, en el Kotel o cualquier lugar que pueda ser un objetivo.
«Una zona, dicho sea de paso, que ha sido ocupada por Israel desde 1967, y en la que se había establecido un statu quo por el cual, todas las personas, de todas las religiones, podrían acceder en igualdad de condiciones».
¿Acceder en igualdad condiciones? De eso nada. Existen horarios restringidos para no musulmanes para acceder a la explanada de las mezquitas (7:30 a 10:00 y de 12:30 a 13:30 en invierno; de 7:30 a 11:30 y de 13:30 a 14:30 en verano), además de acceder por una única entrada que se encuentra frente al Kotel, en el barrio judío.
«(…) un intento de genocidio paulatino. El avance de Israel arrasando a sus enemigos eternos: Palestina».
«Genocidio», «holocausto», «exterminio», son los típicos recursos para referirse a Palestina de cualquier juntador de palabras.
Este es un simple gráfico de la situación demográfica de los palestinos en la Franja de Gaza y Cisjordania.
En otras palabras, y dicho por la Autoridad Palestina: «nuevos datos (2016) indican que hay mayoría árabe entre el río Jordán y el mar».
Los datos de la Central de Estadística Palestina indican que árabes de la Franja, Israel y Cisjordania superan en 200 mil a población judía. Unos 4,8 millones de árabes viven entre la Franja de Gaza y Cisjordania, y 1,7 millones en Israel (este dato según el censo israelí). De esta forma, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo viven 6,58 millones de árabes, frente a 6,38 millones de judíos.
«Una petición: no mantengamos el mensaje injusto e incierto del “conflicto”. Aquí hay una ocupación. Unos que están abusando y otros que están tratando de aguantar como pueden. Es de justicia que empecemos a llamar las cosas por su nombre».
Aquí no hay una ocupación. Ese término, como todo lo que contiene este artículo, es totalmente incorrecto. La Ley Internacional establece el término «ocupación» para territorios que fueron parte soberana de un país. Cisjordania no era un territorio soberano debido a que la Comunidad Internacional declaró ilegal la anexión jordana en 1950. El término correcto es territorio en disputa que no es tan sonoro, vende menos y no atrae de igual modo por lo es rechazado por gran parte de la prensa internacional, incluyendo por supuesto la española.
Territorio en Disputa, término aceptado tras la firma de Oslo por las partes implicadas, Israel y la Autoridad Nacional Palestina, documento por el cual los palestinos por primera vez en la historia obtuvieron cierta autonomía en esta tierra.
Que no os manipulen, todo está en los libros y no en tours anti Israel con abracitos y final feliz.
Yom Shlishí 2 de Av de 5777
Lunes, 24 de julio de 2017
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