Es además una de las primeras ciudades construidas por judíos en los últimos dos mil años. Su nombre deriva de la profecía Bíblica del libro de Hosheá/Oséas (2:17), «Y desde allí le devolveré sus viñedos, y le abriré una puerta de esperanza en el valle de la aflicción. Y ella responderá allí como en los días de su mocedad, y como en el día en que salió de la tierra de Egipto«.
Mientras curamos a sus hijos en hospitales israelíes sus líderes lo agradecen lanzando misiles contra los nuestros. O piden nuestra destrucción llamando a la Yihad contra Israel como el Ministro del Interior (desde 2009) del grupo terrorista Hamás de la Franja de Gaza Fathi Hammad que encabeza una organización «benéfica» llamada Waad que ofrece recompensas de 1,4 millones de dólares a cada ciudadano árabe-israelí que secuestre soldados israelíes.
Israel salvó la vida de su hija tras una chapuza médica del Hospital Jordania que el reino jachemí construyó en Gaza. Una ambulancia transportó a la niña junto con su madre y una tercera persona más al Hospital Barzilai en Ashekelón (ciudad continuamente atacada por Hamás con misiles Grad y Kasham). El equipo médico israelí evitó la muerte de la niña y dos horas después y un helicóptero enviado por el Rey Abdulá de Jordania llevó a la niña a Amán. Mientras su padre insta a los niños y mujeres gazatíes a ser Escudos Humanos contra Israel. Pese a esto, Hamás sigue prohibiendo a la Cruz Roja Internacional visitar y comprobar el estado de salud del soldado israelí Guilad Shalit, secuestrado desde 2006.
Esta historia no aparecerá en ningún periódico español. Ni en los telediarios, ocupados en fomentar un odio contra la única democracia en Oriente Medio.
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