Heródoto y la región de Palaistine

בס״ד

Los detractores al Estado del pueblo judío argumentan, sin haber leído al autor griego, que Palestina ya existía en tiempos de Heródoto (siglo V a. e. c.), con el fin de justificar una narrativa palestina, muy cogida por los pelos, de la existencia de una entidad independiente «desde Jordán hasta el Mediterráneo» en tiempos antiguos. Nada más lejos de la realidad.

En primer lugar, Heródoto, pese a  ser considerado tradicionalmente como el ‘padre de la Historia’ en el mundo occidental es un personaje cuestionable y cuestionado en múltiples ocasiones. Un ejemplo nos lo ofrece Manuel Balasch -de quien hago mi fuente para escribir parte de este artículo-, explicando la confusión de Heródoto con el linaje de los lacedonios, su creencia en leyendas que da por verídicas o errores geográficos flagrantes. Algo comprensible si se alimentaba de recopilar historias de lugareños.

Heródoto de Halicarnaso (actual ciudad de Bodrum, en la costa mediterránea turca) llegó a escribir nueve libros en los que narraba sus viajes por Asia, África y Europa dando así forma a su gran obra Historias, centrándose en las rivalidades entre persas y griegos, y algún que otro cotilleo y líos de faldas. Y sí, en sus viajes el escritor griego hace mención a palaistine (Παλαιστίνῃ = Tierra de los Filisteos). Como ya explica Manuel Balasch en su edición de Heródoto Historias (Cátedra, Letras Universales), el término Palestina en Heródoto no es unívoco, pues a veces significa el ámbito geográfico y otras aproximadamente el territorio que conforman el actual Estado de Israel. Hasta en seis ocasiones menciona dicha región

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Januka, la primera Gran Guerra de Liberación judía

בס״ד

Durante la festividad de Januká encendemos cada día una vela de nuestra janukiá para recordar los sucesos ocurridos hace dos mil ciento ochenta y cinco años en Jerusalén y el resto de Judea. Pero Januká es mucho más que un tradicional encendido de velas. Es, desde el punto de vista histórico-nacional judío, la primera gran guerra de liberación nacional del pueblo judío en nuestra patria ancestral. Y así ocurrió:

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Januka Sameaj – Feliz Januka

Por la Liberación de Jerusalén

בס״ד

Un 28 de Iyar del año 5727, 7 de junio de 1967, durante el transcurso de la Guerra de los Seis Días la brigada de paracaidistas liderada por el general Mordejai (Mota) Gur fue la primera en cruzar la Puerta de los Leones y adentrarse en la Ciudad Vieja de Jerusalén hasta llegar al Kotel.

Har Habait beyadenu” “¡El Monte del Templo está en nuestras manos!” anunciaba Mota por radio desde el lugar más sagrado del judaísmo. Las lágrimas de tristeza se tornaron de alegría. De júbilo. De incredulidad. Nadie podía creer que Jerusalén, de nuevo, volvía a ser nuestra.

Por la liberación de Jerusalén.  Descarga el PDF

Nacido Jesús en Belén de Judea

בס״ד

Imagen de portada: Inscripción hebrea arcaica de Bet Lejem (Belén) de la época del Primer Templo (entre los siglos X y VI antes de la Era Común).

El Jesús bíblico que todos conocemos, creamos o no en él, es el de un judío que nació y se crió en Judea, que, como cualquier judío de la época, frecuentaba el Templo de Jerusalén y todo cuanto predicaba era una versión del judaísmo fariseo con ciertos matices de pensamiento esenio. Por dos mil años así fue Jesús de Nazaret -en hebreo se denomina a los cristianos notzrím, nazarenos (de Nazaret). Sin embargo, en nuestros días hay quienes manipulan el relato bíblico de Jesús afirmando incluso que era palestino, y que de haber nacido hoy hubiera sido maltratado y humillado por soldados israelíes.

No es nuevo utilizar la imagen de un judío para crear judeofobia.

Libelo de la revista El Jueves febrero 2016

El relato bíblico del Nuevo Testamento no deja lugar a duda: «Nacido Jesús en Belén de Judea en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: ¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido?» Mateo 2,1.

Nombre: Jesús
Lugar de nacimiento: Judea
Ciudad: Belén
Étnia: judía

Y para más inri, el rótulo que Pilatos grabó en la cruz de Jesús: I.N.R.I. Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum (Jesús de Nazaret, rey de los judíos).

A pesar de las evidencias aún hay quienes insisten en retratar a Jesús como palestino o a la «sagrada familia» como una familia de refugiados palestinos como es el caso de la historiadora -si, historiadora- Àngela Ballester, Diputada de Podemos al Congreso por Valencia, en su cuenta Twitter:

A ella le siguen muchos más ejemplos…

Incluso la corresponsal de Radio Nacional de España para Oriente Próximo se suma al libelo

Felicitación del Jefe de la Diplomacia Palestina en España

Supongamos que Jesús hubiese nacido en 2018

Para empezar, María y José posiblemente no hubieran llegado vivos hasta la ciudad de Belén, al menos no sin un fuerte dispositivo de seguridad israelí. Hace apenas dos semanas el pueblo judío enterraba a su víctima más joven desde el inicio del conflicto árabe-israelí. El pequeño Amiad Israel z»l nació prematuramente por cesárea tras haber sido intervenida su madre, embarazada de siete meses, quien fue acribillada a balazos en una parada de autobús por un palestino. El bebé murió tres días después.

Imagen de Uri Ben Hakon, para Israel Hayom

El riesgo para los judíos israelíes de entrar en una ciudad o territorio administrado por la Autoridad Nacional Palestina es tal que Israel instala carteles para advertir a la población israelí de que la entra en la zona A de Cisjordania es mortalmente peligrosa.

En diciembre de 2018 María y José no hubiera podido atravesar Cisjordania para llegar Belén ni hospedarse en la ciudad del Rey David. Entonces, ¿qué camino y qué destino hubieran elegido?

José y María hubieran partido de Nazaret Ilit, una localidad judía israelí colindante a Nazaret. Para evitar introducirse en territorio samaritano y no entrar por error en zona A cisjordana (mucho cuidado con Waze que juega muy malas pasadas en esta zona), habrían puesto rumbo hacia el sur, hacia la ciudad Afula. Allí podrían realizar una parada al Centro Comercial de la ciudad y reponer fuerzas para el viaje, que continuaría hasta los Montes de Judea. Sin embargo, con tanto trajín y como pilla de paso, consultarían el estado del embarazo a un ginecólogo del Centro Médico Isaac Rabin de Petaj Tikva –todo el complejo del Centro Médico contiene el hospital para niños más grande de Oriente Medio, un hospital de oncología, un hospital de psiquiatría, un hospital pediátrico, y una Facultad de investigación Médica-. En este Centro médico como en cualquiera del país no solo se atienden a judíos sino también al 1,6 millón de árabes israelíes (un 20% de la población), así como también los árabes palestinos que viven en Judea y Samaria (Cisjordania), bajo el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina, y también de la Franja de Gaza, en el caso de que en sus localidades no dispongan de medios necesarios para alguna determinada urgencia médico-sanitaria.

Después del chequeo de rutina, continuarían pues hacia el sur hasta llegar a los Montes de Judea, haciendo eso sí un algo en Abu Gosh, un poblado árabe que es La Meca de los israelíes para degustar uno de los mejores Hummus de la zona, y de ahí a Giló, Jerusalén, que por proximidad a Belén sería quizás el lugar escogido por el matrimonio judío. Aunque teniendo a escasos 10 km el hospital Hadassa de Jerusalén, mas que probable hubiera dado a luz allí. Después de todo por estas fechas y con el frío que hace  a nadie se le ocurriría parir en un pesebre.

Pero supongamos que después de todos los riesgos, incluso de poder ser tiroteados por su condición de judíos, Jesús de nacer en Belén sería considerado un “colono” e “invasor sionista” y estaría “violando la ley internacional”. La Asamblea General de Naciones Unidas se reuniría de urgencia y Hamás proclamaría un “día de la ira”, además de considerar roto el alto el fuego con Israel.

Y atención que es muy probable que Jesús a los 18 años serviría en el tzahal (ejército israelí) en la sección especial para el público ultraortodoxo.

El itinerario a camello de los Tres Reyes Magos de Oriente a Jerusalén ni se contempla, puesto que las autoridades iraníes -la tradición sitúa a estos seres misteriosos en Persia- no hubieran permitido a sus majestades salir del país.  Imaginaros el destino de tres infieles -no eran musulmanes-, cuyo objetivo es salir del país para adentrarse en territorio israelí y adorar a un judío al que creen será el rey de los judíos.

Sin duda la vía más fácil sería un vuelo Teherán – Estambul en conexión con un vuelo a Tel Aviv. Pero tendríamos la problemática del sello israelí sobre el pasaporte iraní de los Reyes Magos. ¿Sabéis cuál es la pena en Irán, verdad?

Como se puede observar hay cosas mucho más serias y reales -que un país pueda ahorcarte porque tu pasaporte lleve el sello de otro país-, como para perder el tiempo en causas perdidas que necesitan del revisionismo histórico.

Belén de Judea es importante para el cristianismo porque así lo es para el judaísmo. Belén de Judea fue la ciudad de nacimiento de un judío también muy famoso y que sí llegó a ser Rey: David. Belén es tan judía como lo es Jerusalén o Hebrón. Que Belén sea hoy una ciudad palestina es porque Israel aceptó Oslo y no porque exista algún vínculo histórico-religioso palestino. Que no se os olvide jamás.

Felices fiestas a mis lectores cristianos, y feliz 2019

Yom Shení 16 de Tevet de 5779
Domingo, 23 de diciembre de 2018

Adriano, el destructor de Jerusalén

בס״ד

(En la imagen de portada; Castillo de Sant’Angelo, antiguo mausoleo de Adriano)

Aún continuaban las revueltas judías contra Roma cuando Trajano muere y Adriano es nombrado emperador, que para calmar la ira de los judíos de todo el Imperio el nuevo emperador prometió la reconstrucción del Templo de Jerusalén, destruido por Tito y sus legiones 47 años antes.

Sin embargo Adriano continuó con las mismas medidas antisemitas de su predecesor, con el fin de asimilar a la población judía a la cultura grecoromana, pero con un añadido: desenraizar al pueblo judío de su capital nacional; Jerusalén.

En el año 131 Adriano desplazó a Judea una legión romana con el objetivo de mantener el orden y evitar cualquier revuelta al tiempo que Turno Rufus, gobernador de la región, celebrase sin problemas la ceremonia de la fundación de Aelia Capitolina para que la capital judía simplemente dejase de existir.

Ante este suceso Rabí Akiva, quien dirigía el Sanedrín, convenció a los demás miembros para dar comienzo a una nueva revuelta conocida más adelante como la Tercera Guerra Judeo-Romana (132-135) y declarar al comandante Simon Bar Kojba (hijo de la Estrella) como Mesías, tal como indicaba el versículo de números 24:17 “descenderá una estrella de Jacob”.

En el año 132 la revuelta se extiende por Modi’ím a través de todo el país derrotando a la X legión romana, con base en Jerusalén, y destruyendo a la XXII que había acudido desde Egipto.

La victoria se traduce en la instauración de un estado soberano judío en los siguientes dos años y medio.

En el verano de 135 bar Kojba pierde Jerusalén y se retira con su ejército a la fortaleza de Betar, que más tarde fue sitiada y tomada.

El número de judíos muertos se estima al rededor de 600 000.

Adriano finalmente prohibió la Torá, el calendario judío y mandó ejecutar a rabinos y estudiosos. En la zona del Templo mandó construir una estatua de Júpiter y otra de él mismo. Además, y para asegurarse de una victoria sobre los judíos, eliminó la denominación de Judea para allá región sustituyéndola renombrándola como Palestina, y finalmente fundó Aelia Capitolina sobre las ruinas de Jerusalén.

Yom shlishi 29 de Jeshván de 5778
Martes, 6 de noviembre de 2018

Roma y la inmortalidad del Pueblo Judío

בס״ד

¿Qué mejor ciudad fuera de la Tierra de Israel para recordar y reflexionar sobre la frase de Mark Twain la inmortalidad del pueblo judío? Solo tengo que abrir las ventanas del hotel donde me alojo, en la vía Vespasiano.

Corría el año 6 cuando Judea fue incorporada como provincia romana. Los romanos no solo asumieron el derecho a nombrar al Sumo Sacerdote, rompiendo así una tradición milenaria, y que además, para aumentar la furia de la población judía, Calígula quiso levantar una estatua suya en el Templo de Jerusalén. Este sería el preludio de lo que seis décadas después desencadenaría en la Primera Guerra Judeo-Romana (66-73). Pero antes de que estallase un grupo judío teocrático se preparó durante este tiempo para liberar Judea hasta que comenzase la revolución…

Un pogrom en Cesarea organizado por los griegos dio inicio a la revolución en debido a que las legiones romanas no intervinieron para detener la masacre. La población judía, indignada por lo ocurrido, estalló al enterarse que el procurador romano Gesio Floro había robado dinero del tesoro del Templo, lo que hizo que el Sumo Sacerdote Eleazar Ben Ananías cesara las oraciones y sacrificios en el Templo en honor al emperador romano y mandó atacar a la guarnición romana de Jerusalén. Tras esto, Cestio Galo reunió una importante fuerza en Acre para marchar hacia Jerusalén.

Los judíos repelieron las fuerzas romanas, pero no pudieron contra las cuatro legiones romanas del general Vespasiano (60.000 hombres), por lo que lograron aplastar la resistencia judía del norte en el año 68.

En el año 69 Vespasiano es nombrado emperador de Roma dejando a su hijo Tito encargado de asediar y tomar Jerusalén.
Tito no pudo romper las defensas de la ciudad en un solo asalto y el ejército decidió sitiar la ciudad. Jerusalén no disponía de suficiente agua y alimentos debido a que meses anteriores miles de peregrinos habían llegado a Jerusalén por Pesaj, la pascua judía, por lo que miles de judíos murieron de hambre y de sed.

En el año 70 los romanos rompieron las murallas y saquearon la ciudad, destruyendo el Templo, robando los tesoros y llevándose la Menorá. Este hecho quedó reflejado para la eternidad en el Arco de Tito, frente al Coliseo Romano, el cual fue construido con el dinero saqueado por las legiones de Tito.

En el año 72 Lucio Flavio Silva parte hacia Masada, la última fortaleza judía en pie, y tras varios meses de asedio en el año 73 los romanos conquistan Masada y encuentran que casi los mil defensores judíos entre hombres, mujeres y niños, se habían suicidado antes de rendirse ante Roma. Prefirieron morir como hombres libres en su tierra que esclavos en ajena.

Un millón de judíos murió durante la revuelta y diez mil fueron esclavizados.

El viernes, de camino a la sinagoga, dejando atrás el Vaticano, también pude recordar a Hertzl. En 1904, seis meses antes de fallecer, vino a Roma para defender el derecho de autodeterminación del pueblo judío en nuestra tierra ancestral frente al rey Víctor Manuel III y posteriormente en audiencia privada con el líder de una tercera parte de la población mundial, el papa Pío X, quien, además, era un firme opositor a la creación de un Estado judío en Tierra Santa. “Gerusalemme no debía a ningún precio, caer en manos de los judíos”, aseguró el todo poderoso Papa ante el líder judío. Y sin embargo, apenas seis décadas después “Gerusalemme”, arrebatada por Tito, hijo de Vespasiano, volvería a estar en manos judías.

Cuerpo del Papa Pio X expuesto en el interior de la Basílica de San Pedro. Todo es mortal, excepto el judío

Mark Twain escribió:

Los imperios Egipcios, Babilonios y Persas crecieron, llenaron el planeta con sonido y esplendor, y después desaparecieron como parte de un sueño. Después aparecieron los Griegos y los Romanos e hicieron mucho ruido pero también desaparecieron. Otros pueblos han crecido y mantenido su antorcha prendida en alto por algún tiempo, pero finalmente se les apagó y ahora se encuentran en el crepúsculo o ya no existen. El judío los vio a todos y les ganó a todos. Es ahora lo que siempre fue, no ha mostrado decadencia ni envejecimiento, ningún debilitamiento de sus partes, ningún enlentecimiento de sus energías, ningún desafilamiento de su mente alerta y agresiva. Todo es mortal excepto el judío; todas las demás fuerzas pasan, pero él perdura. ¿Cuál es el secreto de su inmortalidad?

Motséi Shabat 26 de Jeshván de 5778
Sábado, 3 de noviembre de 2018

En el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia…

בס״ד

El 10 de Tevet es un día de conmemoración para el pueblo judío, día de ayuno en recuerdo a los funestos acontecimientos ocurridos en Judea cuando Nabucodonosor II, rey de Babilonia, puso sitio a la ciudad de Jerusalén y que meses después llevó a la destrucción tanto de la ciudad como del primer Templo de Jerusalén, construido por el Rey Salomón.

«En el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia y todo su ejército contra Jerusalén y la sitió (10 de tevet).  En el undécimo año de Sedecías, en el mes cuarto, el día nueve del mes, hicieron una brecha en la ciudad (9 de av)».

Jeremías 39, 1-2

Las Crónicas mesopotámicas de los primeros años de Nabucodonosor II, registran también la batalla de Carquemis en el año 605 a. e. c., y la captura de Jerusalén en el año 597 a. e. c.

11. En el séptimo año (del reinado de Nabucodonosor), el mes de Kislev, el rey de Akad reunió sus tropas, marchó hacia la tierra de Hatti (Siria),
12. Y sitió contra la Ciudad de Iaahudu (de Judá, es decir, Jerusalén) y en el segundo día del mes de Adar, tomó la ciudad y capturó al rey (Joaquín).
13. Nombró allí a un rey de su propia elección (Sedecías), recibió su pesado tributo y envió (a la clase política de Judea) a Babilonia.

Imagen: wikipedia

Relato histórico

Con la muerte de Josías, rey de Judá, en el año 609 a. e. c., a manos de los egipcios, la soberanía judía desapareció por completo. Sin embargo, Egipto no gozaría mucho de esta conquista pues cuatro años después Nabucodonosor derrotó a los egipcios en la batalla de Carquemis, de modo que Judá pasó a manos babilónicas. Pese al pedido de auxilio del Rey de Judá Joaquín al país de los faraones -que por otro lado, fue un rey puesto por Egipto -, la ayuda nunca llegó. Tras un primer sitio y posterior conquista de Jerusalén (597 a. e. c.), Nabucodonosor II deportó a Babilonia al rey Joaquín junto a los nobles y ciudadanos de la élite judaíta, mientras que los campesinos y la clase baja quedaron en Judá. Nabucodonosor II decide poner como rey de Judá a Sedecías, tío de Joaquín, y en el año 594 a. e. c. , decide rebelarse contra Babilonia. El resultado fue dramático; en el año 587  Nabucodonosor II arrasa completamente Judá durante dieciocho largos meses y vuelve a poner sitio sobre Jerusalén. Tras meses de asedio en el año 586 Jerusalén cae y es arrasada hasta sus cimientos bajo incontables pilas de cadáveres, la mayoría muertos por inanición. Sedecías es apresado y contempla cómo matan a sus hijos. Acto seguido le arrancan los ojos y es enviado como esclavo a Babilonia donde murió encadenado.

El sitio de Jerusalén está considerado como un episodio apocalíptico debido a su dureza. El hambre y la desesperación en la ciudad quedan reflejados en el libro de las Lamentaciones:

Las manos de las mujeres hasta ayer, plenas de compasión, han cocido a sus propios hijos.
Éstos fueron su alimento durante la destrucción de la hija de mi pueblo
.

Parthenos

En el 10 de Tevet también conmemoramos otra “desgracia”, la traducción del Tanaj (Biblia judía) al griego, más conocida como Septuaginta, por orden del rey griego de Egipto Ptolomeo II Filadelfo.

En año 280 a. e. c. el faraón Ptolomeo II Filadelfo encargó a 72 sabios judíos la tarea de traducir por separado la Torá al griego koiné, o griego helenístico, la lengua común hablada en todo el mundo heleno. Según la leyenda, el soberano de Egipto quedó impresionado debido a la exactitud de todas las traducciones, un hecho catalogado como milagroso para místicos y religiosos que dejaba clara la fiabilidad de esta gran obra. Para el año 100 a. e. c. todos los libros judíos habían sido traducidos al koiné, siendo conocida dicha traslación como Septuaginta o Canon de Alejandría. 

Esta traducción supuso la supervivencia del judaísmo fuera de los límites de Judea, debido a que el griego koiné era el idioma materno de gran parte de los judíos asentados en la diáspora y continuó siendo de vital importancia para futuras generaciones. Cien años después del inicio de la Septuaginta, los mas de dos millones de judíos que vivían fuera de Judea evitaron de este modo su asimilación.
El Canon de Alejandría fue compilado a finales del siglo II a. e. c., sin embargo la tradición judía excluyó varios de sus libros, dando lugar a la creación del Tanaj, la Biblia judía, o también conocido como el Canon Jerosolimitano, compilado cuatrocientos años después, el cual consta de 39 libros a diferencia de los 44 del alejandrino.
Entre los libros que fueron excluidos del Canon Jerosolimitano se encuentra una historia de revolución, luchas y triunfos militares; los libros I y II de Macabeos.

La desgracia no fue traducir el texto a un idioma que todos pudiesen comprender sino que, con el tiempo, gente extraña interpretó y moldeó el texto a su antojo con terribles resultados. En base a este poder interpretativo veremos como, por ejemplo, el cristianismo primitivo se verá a sí mismo como el verdadero Israel comenzando así una postura totalmente intolerante contra el judaísmo que duraría casi dos milenios.

Un nueva nueva realidad

Tras la destrucción del Segundo Templo (70 e. c.), y la pérdida total de la soberanía judía (135), el judaísmo tuvo que desarrollarse y evolucionar para amoldarse a un nuevo concepto: un judaísmo sin templo y sin tierra. Con la recuperación de la soberanía judía en 1948, y posteriormente de Judea y Samaria en 1967, el judaísmo ahora más que nunca debe de amoldarse a una nueva realidad: un judaísmo sin templo pero con soberanía. Debemos recordar estos y otros sucesos acontecidos a lo largo de nuestra historia, pero a la vez debemos de pensar en desarrollar y evolucionar nuevamente el judaísmo.

Zejaria (Zacarías) anuncia que cuando se sentarán los ancianos y las ancianas en las plazas de Jerusalén, cada uno con su báculo de ancianidad en su mano. Y las plazas de la ciudad estarán llenas de mancebos y muchachas jugando para, unos versículos más abajo continuar  diciendo que el ayuno del mes cuarto, y el ayuno del quinto, y el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo (10 de Tevet), serán para la casa de Judá alegría y regocijo y festividades.

Jerusalén vuelve a ser judía, los ancianos y las ancianas se sientan en sus plazas báculo en mano, y los niños corretean por sus plazas jugando, disfrutando de la vida.

Yom Jamishí 10 de Tevet de 5778
Jueves, 28 de diciembre de 2017

Tres minutos en antena

בס״ד

Como ya expliqué en mi anterior publicación – Érase una vez… un fiasco de historiador -, cualquiera con un título cree tener el derecho de hablar de cualquier tema sin tener idea.  Puse como ejemplo al candidato a la Generalitat de Catalunya e historiador Xavier Domenèch quien firmó un manifiesto anti israelí la semana pasada, coincidiendo con el aniversario de la Partición de Palestina de 1947. Domenèch demuestra ser un historiador que no se rige por la epistemología, algo que no sólo encontramos en esta profesión, sino que también está muy extendida en el ámbito periodístico. Y con el tema de Palestina parece que hay carta blanca.

De la mano de Nieves Concostrina en el programa La Ventana vemos como nuevamente La Ser no defrauda si a anacronismo y mala praxis nos referirnos. Tratar de explicar en tres minutos escasos el derecho del pueblo judío a regresar a su patria ancestral -derecho recogido en la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General  (1960)-, haciéndolo de forma irónica y utilizando prejuicios medievales es un completo fiasco. Pero como he dicho, con el tema palestino hay carta blanca. Se permite decir en antena las mayores burradas inimaginables, como sugerir que el ideario sionista es exclusivamente religioso, que «Palestina existió hace cuatro mil años» o incluso negar la conexión judía con la Tierra de Israel.

El programa en cuestión lleva por título; “70 años desde que (para lavar su culpa) la ONU la lio parda en Oriente Próximo”.

Efectivamente, uno lee esto y de forma automática sabe que es un programa de relleno, porque conocimiento, objetividad y realidad más bien nada. Y queda demostrado con creces.

El primer anacronismo y falta de rigor histórico lo encontramos ya en el título, sin haber comenzado a escuchar el audio. Ese “para lavarse culpa” se refiere a la complicidad de Europa ante el Holocausto. Sin embargo, el exterminio de una tercera parte del pueblo judío finalizó en enero de 1945, mientas que la ONU fue creada varios meses después del final de la Segunda Guerra Mundial. Tal vez Nieves se refería al sentimiento de culpa en la conciencia europea actual de convertir a Europa en el mayor cementerio judío en base a prejuicios antisemitas. Así, sí se entiende, así aceptamos barco como animal acuático.

Nieves comienza su particular explicación sobre el 29 de noviembre de 1947 de la siguiente manera: «La reclamación histórica judía para quedarse con Palestina es de hace cuatro mil años«. Anacronismo de nivel 1 – en una escala de tres, siendo el uno el más grave -: Palestina no existió por aquel entonces.

  • El término Palestina fue dado a esta región por el Emperador Adriano en el año 135 e. c., con el único propósito de extinguir las revueltas judías que desde la época de Bar Kojba se venían produciendo contra el Imperio Romano. Suplantar Jerusalén por Aelia Capitolina y Judea por Palestina conseguía un doble efecto: mitigar las revueltas y desenraizar al judío de la tierra por la que luchaban por su liberación: Judea. Nabucodonosor II empleó técnicas más radicales en el siglo VI a. e. c., como la transferencia de personas. Judíos judaítas fueron enviados a Babilonia mientras que Judea fue repoblada de tribus extranjeras.
    Los siguientes 1 860 años -hasta que la Autoridad Nacional Palestina logró cierta soberanía gracias a los Acuerdos de Oslo que firmó Israel-, Palestina existió únicamente como provincia Omeya, parte del califato Abasí, de los turcos seleúcidas, bajo dominio cruzado, nuevamente como provincia durante la época mameluca y otomana hasta ser Protectorado británico hasta 1948. Luego, Transjordania anexionó a Judea y Samaria -lo que correspondería según la ONU a ser la nación árabe votada la Resolución 181-. Israel, posteriormente, anexionó los territorios históricos judíos de Judea y Samaria, y en los noventa los palestinos por primera vez en la historia gozaron de cierta soberanía gracias a los Acuerdos de Oslo, en la tierra que va desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo.

Después de este resumen de los últimos dos milenios, ¿qué ocurre con los dos milenios antes de la Era Común? Nieves declara que hace cuatro mil años hubo una Palestina que los judíos querían «quedarse». ¿Quizás se esté refiriendo a los antiguos filisteos? De nuevo, otra muestra de incultura.

Según evidencias históricas y arqueológicas los llamados Pueblos del Mar arribaron a la costa de Canaán -que no Palestina-, en el Siglo XIII a. e. c., época en la cual la mayoría de historiadores coinciden en que fueron también los comienzos del pueblo de Israel en esa misma tierra. Los Pueblos del Mar arrasan el Mediterráneo y someten a diversos pueblos menores, entre ellos los Hititas, que los barren del mapa. Desaparecen. Los egipcios también salen muy mal parados debido a que traen consigo armas de metal y un equipo bélico muy superior para la época. Los Pueblos del Mar van conquistando la costa mediterránea desde Egipto hasta Hatti (Turquía) y comienzan a dividirse el territorio siendo que los Peleshtu – filisteos – se asientan en la actual Franja de Gaza y la costa israelí, hasta el sur de lo que hoy es Tel Aviv. Pero no nos equivoquemos puesto que los antiguos filisteos no tienen absolutamente nada que ver con los actuales palestinos.

Dicho esto, Palestina no existió hace cuatro mil años, de modo que la primera frase de Nieves además de no ser cierta induce al oyente al error.

Nieves continúa demostrando a su manera que el derecho del pueblo judío por retornar a nuestra tierra va ligada exclusivamente con la religión. Y dice; «para entenderlo y compartirlo hay que creer en el antiguo testamento, en Moisés, en la zarza ardiendo, en las tablas de la ley, en que el mar rojo se abrió y en la entrega de llaves de la tierra supuestamente prometida al pueblo presuntamente elegido«.

Nieves elimina de un plumazo grandes intelectuales del sionismo tales como Moisés Hess, Borojov o Katzenelson, entre muchos otros, cuya filosofía partía de que solo se podría crear un Estado judío como parte de la lucha de clases y apoyando un proletariado judío en las grandes ciudades. En otras palabras, no se puede entender al Estado de Israel sin el sionismo socialista.

Tampoco se puede entender el Estado de Israel sin la participación del sionismo político de Hertzl, padre del sionismo moderno, que proponía establecer el Estado judío mediante métodos diplomáticos y políticos. El sionismo sintético de Weizmann fusionaba el sionismo político y el sionismo práctico de Ruppin de  fomentar la emigración judía y establecer colonias en la Tierra de Israel. El sionismo general iba más allá y ponía al ideario sionista por encima de posturas políticas o tendencias religiosas.

De entre todas las corrientes del sionismo solamente dos guardan relación directa con la religión: el sionismo religioso del Rab Kook y el espiritual de Ahad Ha´am, este más filosófico que litúrgico.

Nieves continúa diciendo que el famoso mito fundacional del Estado de Israel está «basado en la fe y en un libro sin bibliografía«.

Durante la Edad Media el modo más utilizado para generar odio pero también para cuestionar y culpar al judío fue recurrir a la religión; que si deicidas, que si la sangre de los niños cristianos para sus rituales de Pesaj (pascua judía), profanación de la hostia, etc. Esta práctica continúa presente y es utilizada para atacarnos por defender nuestro derecho de autodeterminación. Hablar mal de Israel cuestionar una religión en un medio progre hace disparar unos niveles de audiencia que nadie estaría dispuesto a renunciar.

Que vaya quedando claro: la reclamación histórica judía se basa en el derecho del pueblo judío a regresar a su patria ancestral, idea basada en un libro (Tanaj) con bibliografías tales como:

  • la Estela de Merenptah

Es el documento extra Bíblico más antiguo que data del 1207 a. e. c., que demuestra la conexión judía con la Tierra de Israel. La estela describe la invasión a Canaan durante el quinto año del reino del Faraón Merenptah para someter a sus habitantes. La mención que se hace en este grabado figura la palabra Israel como un grupo nativo, como gentilicio.

  • Templo de Amón, Karnak

Shoshenk I dejó un informe sobre su campaña en un muro del templo de Amón en Karnak donde relata su ataque a los reinos de Judá e Israel, y el saqueo a Jerusalén en el 950 a. e. c.

  • La Estela de Mesa

Relata la guerra entre el Rey Ajab de Israel y el Rey Mesa de Moab en el siglo IX a. e. c.

  • La Estela de Dan

Sobre la victoria del Rey arameo Jezal sobre los reyes de Israel, de la dinastía davídica, en el Siglo IX a. e. c. Una prueba irrefutable de la existencia de la Casa de David.

Nieves, no siempre se puede aceptar barco como animal de compañía, y menos cuando tienes el poder de llegar a tanta gente. Tres minutos en antena que han servido para fomentar el odio y airear tu mala praxis.

Motséi Shabat 15 de Kislev de 5778
Sábado, 2 de diciembre de 2017

La UNESCO adjudica a los palestinos más patrimonio judío.

בס״ד

La UNESCO mediante una votación semi secreta acaba de nombrar «Patrimonio de la Humanidad Palestino en peligro» a un edificio cuya construcción fue iniciada en Judea por un Rey judío – Herodes el Grande (37 a. e. c. – 4 a. e. c.) -, quien a su vez fue también responsable hace dos mil años de la ampliación del II Templo de Jerusalén en el Monte del Templo, otro lugar judío expoliado por la UNESCO.

La Cueva de los Patriarcas en Hebrón es el segundo lugar más importante para el pueblo judío. Según nuestra tradición fue allí donde Abraham compró a Efrón el Itita por 400 siclos una cueva para enterrar a su mujer Sara. Posteriormente sería también la tumba del propio Abraham y la de su hijo Isaac y su mujer Rebeca, y mas tarde la de su nieto Yaakov junto su mujer Lea. Por siglos fue un lugar de culto judío hasta que los mamelucos prohibieron la entrada a los judíos en el Siglo XIV, dicha prohibición duró la friolera de 700 años hasta que el ejército israelí liberó la ciudad de Hebrón en 1967. Desde hace 50 años judíos, cristianos y musulmanes pueden, además de entrar, rezar en la Cueva de los Patriarcas.

Por la votación favorable de esta semana podemos sacar al menos una conclusión clara: que Israel permita la libertad de culto en la Cueva de los Patriarcas es para la UNESCO motivo por el cual incluir a Majpelá en «Patrimonio Humanitario en peligro». ¿En peligro de qué, de judeizar un lugar que históricamente es judío?

También es peligroso para la UNESCO, y muy incómodo, que Israel realice excavaciones arqueológicas en la explanada del Kotel tal y como lo refleja el informe Jerusalén y la aplicación de la resolución 36 C/43 y la decisión 191 (página 2 punto 6).

Cada vestigio judío descubierto es una tortura. Cada metro excavado  sin poder demostrar un legado palestino en Jerusalén es una resolución más contra Israel.

Las resoluciones de corte anti israelí que emite la UNESCO no solo perjudican a Israel, también perjudican el legado judío de la Tierra de Israel. ¿Cómo puede ser que la Cueva de los Patriarcas, o el Muro Occidental también conocido como muro de los lamentos o en su forma hebrea Kotel, sean lugares del Patrimonio Palestino si fueron construidos en Judea por un rey judío y sus súbditos judíos?

Analizando Palestina.

La UNESCO podría referirse a Palestina como la region gobernada por los antiguos filisteos, invasores del mediterráneo cuya civilización desapareció en el Siglo v a. e. c., sin embargo solo ocuparon la zona costera de Gaza y la costa israelí, pero solo – y por ser generosos -, hasta el sur de la actual ciudad de Tel Aviv. Un área infinitamente menor de la que los revisionistas históricos quieren vender como la «Palestina Histórica».

Fuente: wikipedia

La UNESCO podría referirse al neolatinismo Palaestina, provincia romana nombrada así por Adriano, sin embargo ésta tuvo su origen en el año 135 de la Era Común, cuando todos los edificios judíos expoliados por la UNESCO ya habían sido construidos o reformados por judíos en Judea.

Si la UNESCO se refiere al período de dominación árabe de la Tierra de Israel y con ello a la «Palestina Histórica», habría que dejar claro que nunca existió una entidad soberana llamada Palestina desde la invasión y ocupación islámica del año 638 hasta 1995, y a partir de esta fecha tan solo áreas con cierta administración en Cisjordania bajo un Acuerdo con el Estado de Israel. Nunca una soberanía independiente.

Desde el año 638 hasta nuestros días no existe indicio alguno en la historia o la arqueología que indique la existencia de una Palestina soberana o independiente. Palestina existió únicamente como provincia durante la dinastía Omeya (661-750), el califato Abasí (750-945), los turcos selyúcidas (1037-1157), además de bajo dominio cruzado (1098, 1099-1187 (este último único período de la historia que Jerusalén es capital cristiana), después bajo dominio de Saladino estableciendo la dinastía de los ayubíes (1171-1250), Mamelucos (1250-1517) y finalmente bajo el Imperio Otomano (1517-1923) pasando a ser parte del Protectorado Británico en 1920. Hasta 1948 tras la independencia del Estado de Israel.

Palestina durante los casi 500 años bajo el Imperio Otomano estuvo anexionada a Siria, y otro nombre que recibía Palestina era el de la baja siria. Sobre esto podemos estar seguros por algo muy simple: los jerosolimitanos pagaban sus impuestos a Damasco, no a Jerusalén.

Si la UNESCO se refiere a Palestina como el país de facto – no soberano -, aprobado por la ONU en 2012 mediante la resolución no vinculante 67/19, estaríamos hablando de un episodio anacrónico sin precedentes, adjudicando un patrimonio que pertenece a otro pueblo que existió en esa región dos milenios antes.

Conclusión.

Si no existió una Palestina independiente que legase al mundo su propio Patrimonio Humanitario, ¿por qué la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (¿?), la Ciencia y la Cultura emplea todos sus recursos para demostrar lo contrario? El declive de esta organización, así como la organización madre – ONU -, se debe al desequilibro de los grupos intergubernamentales y alianzas dentro del sistema de las Naciones Unidas, en especial al aumento de los países árabes que ingresaron a partir de los años setenta, época en la cual las resoluciones contra Israel aumentaron considerablemente. Tanto la ONU como la UNESCO están secuestradas por teocracias musulmanas y dictaduras de todos los colores utilizando una herramienta que niegan a sus propios ciudadanos; el derecho al voto.

El comité ejecutivo de la UNESCO (58 países), está compuesto por países de la Organización para la Cooperación Islámica (23 países, + Russia como país observador), la Liga Árabe (8 países), la Unión Africana (16 países), o el G77 (Tercer Mundo, 38 países), algunos países incluí comparten más de una organización en común.

Estas alianzas son el resultado absurdas resoluciones que carecen de carácter educativo e incluso histórico. La UNESCO politiza los Patrimonios Humanitarios porque su sistema está completamente corrompido.

Para la UNESCO la tierra sigue siendo plana, pero si tenemos que buscar responsables son todos aquellos países que mediante su abstención callan ante semejante vileza. Todos ellos son cómplices de que el juego democrático sea utilizado para continuar propagando odio contra Israel y desconectar al judaísmo con nuestra patria ancestral.

Yom Rishon 15 de Tamuz de 5777
Sábado, 8 de julio de 2017

Otros 1900 años y aún seguiremos aquí

בס״ד

Si todo lo que nos cuenta la narrativa palestina fuese cierto, el Coliseo de Roma no existiría por una sencilla razón; para subvencionar la costosa obra, según una inscripción reconstruida encontrada en la zona,  fueron necesarios los tesoros robados por Roma tras la conquista de Jerusalén por el general Tito en el año 70 de la Era Común.

Este trágico capítulo de la historia del pueblo judío fue testigo, y posteriormente narrado en su obra «las guerras de los judíos«, el historiador Flavio Josefo, y que además está representado frente al Coliseo de Roma en forma de relieve en el Arco de Tito. En este arco de la victoria, podemos ver cómo legionarios romanos transportan los tesoros del Segundo Templo de Jerusalén, incluyendo el candelabro judío del mencionado Templo.

Según parece, para la narrativa palestina tampoco aconteció que cien años atrás Pompeyo conquistase Judea asediando Jerusalén por varios meses, dejando tras de sí más de diez mil muertos,  y arrebatar el sumo sacerdocio a Aristóbulo II, quien fue  reemplazado por su hermano Juan Hircano II siendo ministro Antípater, el padre del Rey Herodes. Que años después el Senado de Roma, apoyado por Marco Antonio y Octavio Augusto, nombrase Rey al idumeo medio árabe medio judío con la frase Rex socius et amicus populi Romani (Rey, aliado y amigo del pueblo romano) deberá tratarse de un cuento de hadas y no un acontecimiento histórico para aquellos que sostienen que los judíos somos invasores en esta tierra. Extraño que aún no hayan declarado a Herodes el «primer rey palestino».

¿De qué trata la narrativa palestina y qué nos quiere vender? Trata de borrar milenios de historia, de modificarla y de jugar a los anacronismos (Jesús el palestino), cuyo único objetivo es desenraizar al pueblo judío de nuestra tierra. Esto no es nuevo, ya se intentó en el Siglo II. Adriano, que este año se cumplen 1900 años de su ascenso al poder,  será recordado amargamente por el pueblo judío no sólo por pulverizar Jerusalén y renombrarla como Aelia Capitolina, también por cambiar el nombre de Judea por el de Palestina con el fin de borrar toda conexión judía de Erets Israel, porque es a este emperador romano al que le debemos el nombre latino de Palestina a esta región y no a un movimiento de liberación árabe, y menos aún musulmán.

El historiador Cassius Dio menciona en sus escritos la visita de Adriano a Jerusalén entre los años 129-130, por lo que partiendo de la propia narrativa palestina podemos prescindir del considerado junto a Herodiano como el mejor escritor de los siglos I y II. ¡Borrémoslo de la historia!

Negar el vínculo histórico religioso, cultural y arqueológico del pueblo judío con esta región es rechazar tres milenios de historia, es borrar de la memoria historiadores y emperadores. Es caer en una ignorancia supina propia de aquellos que nunca en su vida han abrierto un libro de historia. Sin duda para ellos es más fácil memorizar y repetir hasta la saciedad eslóganes fabricados desde el prejuicio por activistas de salón.

Grupos radicales como el BDS abanderan esta ideología negacionista, y que además cuenta con el apoyo de resoluciones de Naciones Unidas – promovidas por teocracias y dictaduras -, pese a los hallazgos arqueológicos e innumerables documentos que demuestran los vínculos del pueblo judío con esta tierra, donde también tuvo su origen el judaísmo.

Seguir negando lo evidente es simple y llanamente estúpido.

Desde que Roma ocupase Erets Israel bizantinos, omeyas, abasíes, selyúcidas, cruzados, ayubíes, mamelucos, otomanos y británicos entre otros han tratado sin resultado expulsarnos, arrebatarnos nuestra identidad y desenraizarnos. Continúan negándonos el derecho a nuestra tierra, ahora mediante falsas ONGs humanitarias y organismos internacionales pero, como ya escribió Mark Twain; otros pueblos han crecido y mantenido su antorcha prendida en alto por algún tiempo, pero finalmente se les apagó y ahora se encuentran en el crepúsculo o ya no existen.

Nuevos personajes se sucederán, pero el judío siempre permanecerá en su tierra ancestral.

Otros 1900 años y aún seguiremos aquí. Y Jerusalén seguirá llamándose Jerusalén.

Yom Rishon 17 de Tevet de 5777
Domingo, 15 de enero de 2017

דוד יאבו
David D. Yabo