Breve historia de la región de Palestina – la Tierra de Israel

בס״ד

Cinco mapas que explican brevemente los últimos 500 años la historia de la región de Palestina, simples al buen entendedor. Sin embargo la hasbará no trata de ser simples sino de explicar – hasbará viene del verbo leasbir, explicar, esclarecer -, y de hacer llegar al lector toda la información posible para que libremente pueda formarse una opinión.


Breve historia de la región de Palestina

Durante los cuatrocientos años de dominio otomano en Oriente Medio (1517-1917) nunca hubo una entidad Palestina independiente. La región geográfica de Palestina era parte integral de la provincia de Siria la cual a lo largo de los siglos sufrió diversos reajustes administrativos esto quiere decir que, por ejemplo, Jerusalén podría depender y pagar impuestos a su capital provincial, Damasco, o a la capital imperial, Constantinopla.

Con la desintegración del Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial, Reino Unido y Francia se repartieron Oriente Medio trazando fronteras según intereses políticos, imponiendo monarquías  – algunas continúan reinando, otras como la iraquí no duraron más que una promesa inglesa -, sin tomar en cuenta las diferencias étnicas, religiosas, culturales o tribales creando así el caldo de cultivo perfecto para mantener caliente toda la región hasta nuestros días. Y futuros.

En los siguientes mapas podemos observar la distribución etnico-religiosa actual en Medio Oriente, y guiándonos por conocimentos básicos de cada protagonista podemos entender los principales conflictos internos en cada país, su origen e incluso prever el fatal desenlace.

Distribución étnica (ver ampliado)

Distribución religiosa (ver ampliado)

La Sociedad de Naciones ordenó en 1922 a Reino Unido el establecimiento de un Protectorado Británico en la Tierra de Israel para “asegurar la creación de un hogar nacional judío”, comprometiéndose en la declaración Balfour (1917), al establecimiento de un hogar nacional para el pueblo judío en la región de Palestina, como agradecimiento a los judíos palestinos por sus servicios a Su Majestad durante la Gran Guerra. Ya en la década de 1870 los judíos de la región y otros llegados de Europa comenzaron el proyecto de la construcción de un hogar nacional judío mediante la compra de tierra a terratenientes árabes y sin oposición de las autoridades otomanas.

Declaración Balfour

El Protectorado Británico de Palestina en la Tierra de Israel incluía al actual Estado de Israel, Jordania, la Franja de Gaza y Judea & Samaria (Cisjordania), y que en teoría todo e territorio iba a ser el nuevo “hogar nacional judío”. Sin embargo, las promesas británicas también hablaban de la creación de un estado árabe.

La ayuda árabe prestada durante la Gran Guerra, que consistió principalmente en desestabilizar desde dentro al poder otomano, fue visto con buenos ojos por el Imperio Británico por lo que también se comprometió en apoyar la creación de un Estado árabe por lo que Londres dividió su protectorado, y los judíos de la margen derecha del río Jordan fueron transferidos a la margen izquierda, a Palestina, prohibiendo incluso su residencia y permanencia en el futuro estado Jordano. Sin embargo los árabes de Palestina no fueron transferidos al nuevo estado árabe – Transjordania – , por lo que los judíos veían cada vez más lejanas sus aspiraciones de un hogar nacional judío.

En 1922 se creó el Emirato de Transjordania, ya sin presencia judía, recibiendo plena autonomía en 1929. En 1946, un año antes del Plan de Partición de Palestina de Naciones Unidas, Transjordania logró su independencia de Reino Unido. Sin embargo habían pasado ya 25 años del establecimiento del Protectorado Británico por la Sociedad de Naciones y aún no había avances para el hogar nacional judío, sino todo lo contrario. Los árabes que permanecieron en Palestina exigían la creación de otro estado dentro del futuro Estado judío, lo que conllevó a la creación de la Comisión Peel de 1937 que recomendaba la partición de Palestina en dos Estados y posteriormente la Comisión Woodhed de 1938 recomendaba la creación de un Estado Judío en las zonas con mayoría judía y un Estado Árabe en las zonas con mayoría árabe,  dando lugar en 1947 a la Resolución 181 de Naciones Unidas para la Partición de Palestina.

Votación en Naciones Unidas

A favor 33
En contra 13
Abstenciones 10
Ausencias 1

Los judíos renunciaron a más del 80% del territorio que originalmente iba a estar destinado a un Estado judío. Sin embargo, y a pesar de que más del 70% del hogar nacional judío aprobado por la Resolución 181 comprendía el extenso y árido desierto del Neguev, y no incluía a Jerusalén ciudad que pasaría a ser administrada por las Naciones Unidas, los judíos aceptaron.

Sin embargo, en 1948 seis ejércitos árabes declararon la guerra al recién independizado Estado de Israel, con el único objetivo de echar a los judíos al mar. Tras finalizar la guerra en 1950, Jordania y Egipto frustraron los planes de la creación de un estado árabe en Cisjordania, a la vez que Israel fortalecía su presencia en las líneas de armisticio de 1949, asegurando su supervivencia hasta el reinicio de las hostilidades, dos décadas después.

En 1967 un ataque preventivo israelí sobre Egipto evitó que Nasser invadiera con mil tanques y cien mil soldados el sur de Israel, amenaza cada día más real desde que tres semanas antes del inicio de la guerra el Presidente egipcio expulsó a las fuerzas de emergencia de Naciones Unidas de la Península del Sinaí, que presumiblemente se habían establecido para evitar un conflicto entre ambos países. Siria y Jordania formaron coalición con Egipto, a la que se unió también Iraq lo que ponía en una situación muy difícil al Estado judío. El 5 de junio comenzó el conflicto y en seis días Israel conquistó la Franja de Gaza junto con Península del Sinaí a Egipto, el este de Jerusalén junto con Judea y Samaria a Jordania y los Altos del Golán a Siria.

Durante las casi dos decadas de dominio jordano sobre Cisjordania en ningún momento se planteó la creación de un Estado árabe en Cisjordania, tal y como debió establecerse en 1950. Jordania continuaba reclamando a Israel los territorios conquistados en 1967 con el fin de establecer la Federación Árabe Unida jordano-cisjordana, plan que se vio ensombrecido dos años después por la Liga Árabe quien decidió en 1974 reconocer a la Organización para la Liberación de Palestina como el único representante del pueblo palestino, lo que llevó al Rey Hachemi en 1988 a renunciar a su pretensión de soberanía sobre Cisjordania en favor del pueblo palestino, para establecer un Estado Palestino independiente de Jordania.

En un acuerdo de Paz con Egipto, Israel se comprometió a devolver los territorios que había conquistado bajo soberanía egipcia en 1967. Una paz que continúa vigente.

Las relaciones entre Jordania y los nuevos nacionalistas árabes palestinos fueron muy tensas a principios de los años 70 a raíz del intento de golpe de estado organizado por fedayines palestinos que se rebelaron contra el Rey. Como represalia miles de palestinos fueron masacrados por las fuerzas jordanas y otros miles expulsados del país. Esto supuso la creación del grupo terrorista Septiembre Negro, responsable del asesinato del primer ministro jordano Wasfi al Tal en 1971 y de numerosos ataques en suelo jordano, israelí e incluso europeo, como el comando que entró en la Villa Olímpica en los Juegos de Munich de 1974 asesinando a la delegación israelí.

Tras la expulsión del liderazgo palestino de Jordania la OLP se estableció en Líbano para continuar sus ataques contra Israel. Mientras llevaba a cabo ataques terroristas forjaba una alianza con Siria, que había invadido el país de los cedros, y junto con milicias locales fueron responsables directos de la limpieza étnica de cristianos durante la guerra civil libanesa mientras el mundo enmudecía. Israel decidó intervenir para poner freno a los continuos ataques desde el norte del país lo que puso en marcha la Operación Paz para Galilea en 1982 que terminó con la expulsión de la OLP a Túnez en 1985.

Yasser Arafat entendiendo la precaria situación de la OLP en el plano internacional y dio el primer paso para un futuro reconocimiento por parte de Israel. En 1988 proclamó desde Argel la independencia del Estado de Palestina reconociendo implícitamente al Estado de Israel e incluso renunciar a la lucha armada.

Este gesto forzado fue muy significativo para Israel y en 1991 la Conferencia de Madrid reunió a israelíes y palestinos en una carrera por la paz.

La Conferencia de Madrid marcó el inicio del futuro Estado Palestino. Tras ese primer encuentro tuvieron lugar los Acuerdos de Oslo en 1993 que establecieron cierta soberanía palestina por primera vez en la historia en ciertas partes de Judea y Samaria / Cisjordania. A cambio los palestinos se comprometían a renunciar a la violencia y con ello Israel a retirar sus tropas de Cisjordania. Las tropas jamás llegaron a retirarse debido a los continuos atentados contra israelíes. En 1995 los Acuerdos de Taba (Oslo II) otorgaron más competencias a la Autoridad Nacional Palestina en las zonas de Cisjordania acordadas en Oslo I. En el año 2000 en Camp David surgió la Iniciativa Clinton; Jerusalén, desconexión de territorios, y refugiados fue una combinación que se tradujo en un desastre total y tanto Israel como la Autoridad Nacional Palestina se negaron a ceder a las peticiones del otro.

En 2000 el Primer Ministro israelí Ehud Barak ofreció a Arafat la creación del Estado palestino en el 90% de Cisjordania y entregar barrios árabes de Jerusalén para hacerla su capital. El rais palestino rechazó la propuesta. El estallido de la Segunda Intifada en ese mismo año provocó la ruptura de cualquier negociación hasta su finalización oficial cinco años después. Casi mil civiles israelíes perdieron la vida en discotecas, restaurantes y autobuses en atentados suicidas, cuya cifra se detuvo drásticamente con la finalización de la Valla de Defensa.

Entre tanto en 2002 la Cumbre de la Liga Árabe en Beirut sugería la normalización de las relaciones de La Liga Árabe con Israel a cambio de evacuación  total de Cisjordania y la Franja de Gaza, retorno de refugiados y la división de Jerusalén. Israel rechazó la exigencia. En 2003 el Cuarteto compuesto por Rusia, UE, EEUU y la ONU idearon una Hoja de Ruta para lograr la creación de un Estado Palestino y el compromiso del cese de atentados y la cuestión de los refugiados. En 2004 la UE presenta otra Hoja de Ruta para la creación de un Estado palestino.

A finales de la Segunda Intifada se acuerda un alto el fuego entre Israel y la ANP que finaliza dos días después tras un atentado de Hamás.

Ariel Sharón z”l cumple el Plan de Desconexión de la Franja de Gaza en 2005 y evacúa de forma unilateral todos los asentamientos judíos, cuya respuesta se traduce en la victoria electoral de Hamás y el lanzamiento continuado de misiles contra población civil israelí que dio origen a tres conflictos contra Hamás y un bloqueo legal a la Franja de Gaza. En 2006 Guilad Shalit es secuestrado por Hamás, que será liberado en 2011 a cambio de la liberación de 1.027 terroristas palestinos. En 2007 en la Conferencia de Annápolis se fijan las líneas fronterizas, se acuerda el desmantelamiento de las infraestructuras terroristas en Cisjordania y la Franja de Gaza, pero en la práctica continúan con la lucha armada.

En 2012 incumpliendo con los Acuerdos de Oslo – que establecen que cualquier acuerdo debe ser discutido por las partes y no de forma unilateral -, la Autoridad Nacional Palestina solicitó formalmente a la Asamblea General de Naciones Unidas su admisión y reconocimiento como Estado observador no miembro, solicitud que aceptada y aprobada por la Resolución 67/19 por 138 votos a favor, 41 abstenciones y 9 en contra. Un mes después la ONU sustituyó oficialmente el término Autoridad Nacional Palestina por Estado de Palestina.

Por último en 2013 en el marco de la reanudación del proceso de paz Abu Mazen exige a Israel como gesto de buena voluntad la liberación de 104 presos palestinos implicados en actividades terroristas encarcelados antes de los Acuerdos de Oslo. Tras la liberación la parte palestina renunció a continuar el diálogo y con ello la reanudación del proceso de paz.

A día de hoy no solo continúan suspendidas las negociaciones sino que el liderazgo palestino está en sus peores momentos. Con un presidente palestino débil políticamente y enfermo de salud y una lucha interna por alcanzar el poder junto con el temor de israelíes y palestinos de que con apoyo de Irán Hamás se apodere de Cisjordania, el futuro de un Estado palestino real y soberano – la Resolución 67/19 carece de legalidad internacional y no cumple con la Convención de Montevideo -, con fronteras reconocidas y territorio continuado cada vez está más lejos.

Yom Revi´i 7 de Tammuz de 5778
Miércoles, 20 de junio de 2018

Pablo VI, sellos y postales para derribar la narrativa palestina

בס״ד

Con la dinastía Omeya (661) comenzaba un dominio musulmán sobre Jerusalén que duraría doce siglos, hasta que la Sociedad de Naciones encomendó a Reino Unido -como parte de la desintegración del Imperio Otomano-, la creación de un Mandato sobre Palestina-La Tierra de Israel, una región que dependió durante siglos de la gobernación de Damasco o de Sidón, entre otras.

Durante doce siglos (661 – 1923), Jerusalén nunca fue capital de ninguna soberanía musulmana. Únicamente fue capital cristiana durante la Primera Cruzada, entre los años 1098-1187.

Con la Partición de Palestina (1947), y la posterior guerra árabe-israelí (1948-49), Transjordania anexionó de forma ilegal el territorio de Judea y Samaria, incluyendo la parte este de Jerusalén (1950) permaneciendo en su poder hasta 1967.

Durante casi dos décadas de dominio jordano, Jerusalén tampoco fue capital musulmana. Sobra decir que ningún palestino reclamó Jerusalén «capital de Palestina», porque no existía ninguna palestina.

Los judíos no hemos ocupado Jerusalén sino que, como ocurrió en distintos momentos de la historia, hemos restablecido nuestra capital.

Sin embargo, la narrativa palestina, alimentándose de mantras y ningún rigor histórico, viene a decir que Jerusalén es la «capital eterna de Palestina», que «Israel ocupó Palestina» y para demostrarlo utilizan una única fuente; un mapa a dos colores de cómo el blanco va comiéndose al verde -color del islam-. La última invención es crear una aplicación de poblados árabes haciéndolos pasar por milenarios, cuando en realidad fueron creados durante la misma época en la que los judíos necesitaban mano de obra barata (1882).

La Resolución 181 de las Naciones Unidas -Partición de Palestina-, dio a los judíos y árabes la posibilidad de crear dos estados -uno judío y uno árabe-. Sin embargo,  la posterior anexión transjordana sobre la mayor parte del territorio árabe asignado por la ONU a la futura Palestina -Judea y Samaria, además del este de Jerusalén-, hizo que Palestina nunca llegó a independizarse.

En este mapa de la revista Time en español de 1962 podemos apreciar que la palabra «Palestina» simplemente no aparece. Cisjordania era parte integral de Jordania y la Franja de Gaza estaba administrada por Egipto.

 

Peregrinación a Tierra Santa, no a Palestina.

El Papa Pablo VI en su peregrinación a Tierra Santa en 1964 visitó la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén así como la Basílica de la Natividad en Belén, ambas bajo dominio jordano y fue recibido por autoridades del reino Hachemí.

Una serie conmemorativa de sellos fue editada en honor a la visita del pontífice, donde además podemos apreciar la Cúpula de la Roca y al Aqsa.

Santo Sepulcro, Jerusalén.

Basílica de la Natividad, Belén.

Cúpula de la Roca, Jerusalén.

Al Aqsa, Jerusalén.



En una postal enviada desde Jerusalén a un señor de Barcelona en 1966 podemos apreciar en el sello la Cúpula de la Roca bajo dominio del reino jordano.


Una postal sin datación exacta del Vía Crucis en Jerusalén muestra una bandera de Jordania, y en el reverso podemos apreciar que en la época esta milenaria calle estaba bajo dominio jordano.

Cualquiera de estas imágenes tira por tierra la narrativa palestina, y no digamos ya si nos remitimos a la historia y a la arqueología.

Jerusalén Sagrada

Hace un tiempo adquirí esta réplica de medio Sheqel de la época de la Gran Revuelta judía contra Roma (66-67 e. c.), en la que podemos leer en hebreo antiguo «Jerusalén Sagradao Santa -«.

Esta revuelta devolvió al pueblo judío la soberanía sobre Judea y Jerusalén volvió a ser su capital seis siglos antes de que el islam invadiese la Tierra de Israel. A pesar de las evidencias la narrativa palestina niega al estado del pueblo judío su capital Jerusalén.

La única moneda acuñada con la palabra “Palestina” fue durante el Mandato Británico (1929-1948), una reforma monetaria que pretendía frenar el caos entre libras egipcias y liras turcas. En la moneda instaurada por Reino Unido se podía leer “Palestina” a tres grafías; latina, árabe y hebrea con la particularidad de la abreviatura entre paréntesis א״י  “Eretz Israel”, la Tierra de Israel. En esta ocasión la narrativa palestina tampoco se ve favorecida por la numismática.

A pesar de todo aún hay tontos útiles que creen que si entras a un armario puedes acabar en Narnia.

Yom shlishí 1 de Tevet de 5778
Martes, 19 de diciembre de 2017

דוד יאבו
David D. Yabo

Especializados en manipular la historia

בס״ד

¿Cómo empezó todo? Nadie está del todo seguro. Unos dicen que el universo no tuvo un comienzo, que siempre estuvo ahí, otros que fue tras tener lugar una gran explosión, incluso los hay quienes creen que fue el Monstruo del Espagueti Volador tras una borrachera.

A este último grupo de iluminados parece pertenecer Olga Rodriguez (), periodista especializada en materia internacional, en Derechos Humanos, y en manipular la historia.

En un artículo de 2014 (click aquí) para eldiario.es Olga Rodriguez nos relata con el sesgo que caracteriza a activistas con carnet de periodista que informan desde el prejuicio y no desde la ética periodística, «cómo empezó todo» en la Franja de Gaza. Comienza hablando de los pogromos en Europa, aunque por una buena razón se olvida mencionar los pogromos ocurridos en Eretz Israel (la Tierra de Israel), mucho antes, provocados por árabes contra población judía como en Tzfat (Safed) en 1660, que destruyó la ciudad, o el de 1834 tras una revuelta árabe que saqueó la ciudad, centro espiritual de la Cábala. También evita mencionar los pogroms sucesivos ocurridos en la citada ciudad en 1929, así como los ocurridos en Hebrón y en Jerusalén (1920). ¿Por qué Olga Rodriguez olvida mencionar estos y otros muchos más pogromos árabes contra población judía?

Mito: los judíos han invadido Palestina.

Ya en el primer párrafo Olga quiere dar por válido el gran mito de la narrativa palestina: los judíos han invadido / robado Palestina. Esto es completamente falso. Los judíos somos originarios de esta tierra. Que el gentilicio de Judea sea precisamente el de judío debiera de dar una pista a estos profesionales del sesgo informativo. Pero si les cuesta entenderlo, tenemos el documento extra bíblico más antiguo, la Estela de Merenptah (1208 antes de la Era Común), que describe al pueblo judío como gentilicio. Es decir, veinte siglos antes de la invasión árabe de Tierra Santa.

Olga continúa omitiendo información muy vital para entender la situación de los dos millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza, pero antes de entrar en materia me gustaría que conste una gran frase de Ryszard Kapuscinski: “en el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico“.

Plan de Partición 1947

Las Naciones Unidas votaron a favor del establecimiento de un Estado judío y un Estado árabe una vez la potencia mandataria, Reino Unido, abandonase la región. Londres ya había prometido a los judíos dos décadas antes un estado judío en Palestina, y a los árabes les otorgó Tranjordania, independizada en los años 20. Sin embargo este basto territorio «más allá del Jordán» no fue suficiente, y en 1947 hubo que repartir Palestina para judíos y árabes, de forma que los judíos no obtuvimos un 54 % de Palestina, como afirma Olga sino que perdimos un 46 % del territorio prometido. A Olga tampoco le interesa mencionar que el 80 % del territorio que obtuvimos de Naciones Unidas era el desierto del Neguev, mientras que las zonas frondosas de la Galilea fueron a parar a manos árabes.

Limpieza étnica y el Plan Dalet

El plan Dalet fue un plan de la Hagana para contarrestar la invasión árabe – siete países, diez ejércitos y milicias -, aunque se adelantó unas semanas ante la previsión de esta y la situación del Yishuv, que era en muchas zonas desesperada, en abril de 1948, por los ataques de milicias y grupos árabes.

Nuestra experta en Derechos Humanos habla de un plan de limpieza étnica ideado por los judíos contra los árabes, sin embargo omite que la parte árabe, especialmente la jordana, literalmente limpió de judíos Judea y Samaria incluyendo Jerusalén. Durante casi dos décadas de anexión ilegal jordana sobre Judea y Samaria, que en los años 50 denominó Cisjordania, ningún árabe se interesó por la creación de un estado palestino. No digamos pedir Jerusalén como su capital.

Para que el lector crea que realmente Israel mantuvo un plan de limpieza étnica cita al historiador israelí – y sionista – Benny Morris. Sin embargo manipula completamente las palabras de Morris. En un articulo del propio Benny Morris de Haaretz (click aquí), en octubre, afirma que el profesor Daniel Blatman – de quien se valen los que manipulan la información -, distorsionó sus palabras sobre «los acontecimientos de la guerra de 1948», negando así una limpieza étnica por parte de Israel. En su artículo, Morris añade lo que Olga omite: «fueron los árabes palestinos los que iniciaron la guerra cuando rechazaron el plan de la ONU», y que «fueron ellos – los árabes palestinos – los que se embarcaron en actos hostiles en los que 1.800 judíos fueron asesinados entre 1947 y mediados de 1948». Le recomiendo encarecidamente la lectura completa de este artículo.

Gaza

Dos millones de gazatíes viven encerrados en la Franja de Gaza. Cierto. Israel y Egipto – Olga omite que Egipto también controla la salida y entrada de gazatíes, así como no menciona que El Cairo mandó construir un gran muro en su frontera con la Franja de Gaza y pulverizó barrios enteros en 2014 para destruir los túneles del terror -, mantienen un bloqueo legal – según la propia ONU – en la Franja de Gaza. Lo que está pasando en Gaza no se inició hace 66 años, como ella afirma en su artículo. Lo que está pasando en Gaza se inició en 2005 tras la desconexión de la Franja de Gaza ordenada por el entonces Primer Ministro israelí Ariel Sharon z»l. Los gazatíes no supieron aprovechar el gesto del gobierno israelí y Hamás obtuvo una aplastante victoria en las elecciones de 2006 – 10 años después continúan sin convocar elecciones -, lo que conllevó a una continuada lluvia de misiles contra población civil israelí por casi una década. El bloqueo es consecuencia de las políticas radicales de Hamás que pide en su Carta Fundamental la desaparición de Israel, negándose a cualquier acercamiento hacia Israel. Cualquier gazatí que intente algún tipo de acercamiento con la «entidad sionista» será castigado con la pena capital.

Diez años de terror contra población civil israelí y gazatí por igual. La culpa, según Olga Rodriguez es de Israel.

Estado judío y Ley del Retorno

La definición de Israel como Estado judío existía ya en el programa de Basilea, en 1897 cuando se hablaba de hogar nacional judío. La declaración de Balfour (1917), la Sociedad de Naciones (1922), la Comisión Peel (1937), la Comisión Woodhead (1938), el Comité Especial para Palestina de la ONU (1947), e incluso la resolución 181 de Naciones Unidas (1947) ya mencionan el carácter judío del futuro estado de Israel.

Olga Rodriguez es toda una contradicción. No se sabe si está a favor de un Estado palestino o simplemente está a favor de la desaparición del único Estado judío. ¿Por qué motivo iba Israel a renunciar a su carácter judío? ¿Tanto le molesta que entre 194 países exista uno con mayoría judía? ¿Dónde iban a poder vivir libres judíos de Siria, Iraq, Líbano, Etiopía, Rusia, Francia, etc. si no fuese por la Ley del Retorno?

Israel no se puede oponer a la creación de un estado palestino, por la sencilla razón de que anexionar Judea y Samaria / Cisjordania, conllevaría a la pérdida del carácter judío de Israel. Los israelíes, incluso los propios árabes israelíes, no quieren un estado binacional porque todos sabemos que acabaríamos peor incluso que Líbano en los años 80. ¿Ese es el objetivo, Olga, o vivir en paz cada uno en su país?

La Constitución para el futuro Estado palestino aprobada por el parlamento palestino en 2003, dice que Palestina será un Estado-nación árabe, como lengua oficial – solo – el  árabe (en Israel el hebreo y el árabe son oficiales), con el islam como religión oficial (en Israel no tenemos si quiera religión oficial), con la Sharía como principal fuente de legislación (en Israel tenemos el Tribunal Supremo, uno de cuyos jueces es Salim Jubran, árabe israelí, desde 2003, miembro permanente desde mayo de 2004 y primer árabe en presidir el Comité Central Electoral que fue además uno de los cinco jueces que condenó a prisión el ex Primer Ministro israelí Ehud Olmert por corrupción (¿¡Apartheid!?)) .

Dime, Olga, ¿a favor o en contra del Estado-nación árabe de Palestina?

A la espera de un artículo al respecto.

Ley del ausente

La Ley del Ausente es una ley donde el estado se hace cargo de las propiedades que quedaron abandonadas por los árabes que bien huyeron o se vieron forzados a desplazarse debido a la guerra árabe israelí de 1948-49. Israel no es el único país en el mundo con este tipo de ley, Pakistán la mantuvo con los hindúes y la India con los musulmanes que abandonaron por las mismas circunstancias sus casas en 1947.

También se aplicó en Checoslovaquia o Polonia con los refugiados alemanes. Como vemos no es una ley inventada por Israel con el único propósito de amargar la vida a los palestinos. Basta de libelos.

Nota: en los años 70 una ley israelí compensó por las propiedades perdidas en la guerra, y árabes que fueron desplazados se acogieron a la misma.

¿Nos ocupamos a nosotros mismos?

Como ya mencioné arriba, somos originarios de esta tierra. La historia y la arqueología así lo demuestran, por lo que, ¿por qué nos acusan de ocupación? Incluso según el Derecho Internacional no se puede denominar ocupación a un territorio que no gozaba previamente de soberanía. Y Cisjordania entre 1950 y 1967, al haber sido anexionada de forma ilegal por Jordania y sin reconocimiento internacional – salvo Reino Unido y Pakistán -, era Terra nullius, tierra de nadie, puesto que no contaba con ningún tipo de soberanía.

El ejército israelí no legitima la ocupación, porque la ocupación no es ilegal de cara a la ley internacional puesto que no existe ninguna ley, ni tampoco ninguna resolución de Naciones Unidas, que declare ilegal la ocupación.

Por ultimo, Olga hace una mención al controvertido e intenso tema del agua. Le recomiendo que antes de escribir apenas cinco líneas se lea este artículo (click aquí)

Ley del Talión y detención administrativa.

¿Sabes que España también aplica la detención administrativa? No es el único país. Seguro que si te molestas un poco en investigar el tema te sorprenderás.

Israel no se venga de los terroristas palestinos derribando sus casas. No es la ley del talión tampoco porque si lo fuera Israel debiera de matar al asesino, y pese a que en Israel esta vigente la pena de muerte el Estado nunca la aplica. Y razones no le faltan. Israel no se venga, aplica justicia mediante una ley, que sirve como medida de disuasión y se aplica según la sección 119 de Defensa, la cual dice que se «podrá destruir cualquier estructura, si surgió la sospecha de que sirvió como una acción delictiva» o si «sus residentes participaron en una actividad delictiva».

La demolición de viviendas también incluyó a población judía, dado que la misma ley se aplicó en la Franja de Gaza en 2005 para la desconexión total – expulsión judía -, además de para derribar edificaciones ilegales judías en el área C de Cisjordania.

Otro periodismo es posible

Vuelvo a citar a Ryszard Kapuscinski: en el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico.

Jerusalén, y no Tel Aviv. Jerusalén es la capital de Israel. Ni la prensa ni tampoco un país extranjero dictamina dónde una nación soberana instala su capital. No sois tan importantes.

Para terminar

Ninguna mención a las políticas de Hamás contra la población gazatí e israelí.

Ninguna mención contra el constante ataque con misiles desde población civil gazatí contra población civil israelí.

Ninguna mención, ninguna condena, ninguna protesta por las declaraciones de funcionarios públicos pidiendo una palestina libre de judíos.

Ningún dato en tu artículo, Olga, solo un cúmulo de frases que generan odio gratuito. Bueno, gratuito. Tú ya me entiendes.

Yom Jamishí 23 de Jeshván de 5777 
 Miércoles, 23 de noviembre de 2016
דוד יאבו
David D. Yabo