No cocinarás el cabrito, en la leche de su madre

בס״ד

Seguramente no encontraremos en toda la Torá (Pentateuco) un versículo más extraño y a simple vista tan ilógico, y que tantos quebraderos de cabeza ha dado y continúa dando día de hoy que el de “No cocinarás cabrito, en la leche de su madre”.

Vivir conforme a los preceptos de la alimentación kosher no se limita a que no podamos comer cerdo o marisco, sino que entraña alguna que otra particularidad. La shejitá (sacrificio) también es muy importante, ya que existen cinco situaciones que pueden volver taref (no apto para el consumo judío), a un animal kosher. La carne kosher puede dejar de serlo si ésta fue cocinada en un recipiente que fue utilizado anteriormente para el consumo de carne no kosher, de igual modo si se cocinó algo lácteo, aun si fuese kosher, ya que otro de los preceptos más distintivos del kashrut es la prohibición de juntar carne con lácteo, y es precisamente del origen histórico de este precepto que trata este artículo.

¿Es posible que durante tres mil años hayamos podido mal interpretar ese “No cocinarás el cabrito en la leche de su madre”? Y de ser así, ¿qué consecuencias podría acarrear?

Para descargar en PDF pulsa aquí

Antes de hacerlo, una pequeña advertencia: si eres shomer kashrut y no aceptas el carácter histórico de las prácticas y tradiciones judías, te recomiendo no leer este artículo.

Deja salir a mi pueblo, Men-jeper-ra

בס״ד

Existen muchas teorías sobre la datación de la salida del Pueblo de Israel de Egipto, y yo voy a presentar la mía basándome no solo en el texto bíblico, es decir, en el Tanaj, sino también en los extrabíblicos, la gramática egipcia y hebrea.

La Torá nunca menciona el nombre de los faraones, pese a que fueron varios reyes de Egipto los que, según el relato bíblico, mantuvieron contacto con alguno de los líderes de nuestro pueblo. Esto puede deberse a una mala traducción del texto bíblico ya que el término que la Torá emplea para Faraón es Par’ó פַּרְעֹה, que suena prácticamente igual que la palabra egipcia 𓉐 𓉻 prˁȝ (per-’a), que comenzó a emplearse en la XVIII Dinastía, y cuyo significado es Casa (per) Grande, o Palacio. Actualmente, cuando se emite una declaración del gobierno de los Estados Unidos solemos oír la expresión “la Casa Blanca no tiene comentarios”, en lugar del nombre del presidente de turno, o para el gobierno de España “la Moncloa informa”, o “el Kremlin discute” …, etc., por lo que el texto bíblico podría referirse a “la oficina del gobierno de Egipto”, y no al título del Rey de Kemet.

Según el Libro de Reyes, en el año cuatrocientos ochenta después de la salida de los hijos de Israel de Egipto, al cuarto año del reinado de Shlomó sobre Israel, en el mes de Ziv, que es el segundo, que él comenzó a construir la Casa del Eterno, es decir, en el año 967 a. e. c., un dato aproximado que coinciden escritos extrabíblicos de autores asirios y egipcios.

Para seguir leyendo pulsa aquí

La composición del Talmud

בס״ד

.

El Talmud se ha desarrollado durante 18 siglos en lugares muy dispersos: La Tierra de Israel (siglo II), Babilonia (III-VI), Túnez (X y XI), Francia (Rashi XI), Francia y Alemania (XII-XIII), Italia (XVI y XVII) y Polonia (XVII y XIX) Pero lo más fascinante es su composición:

.

Accede a todo el artículo en PDF pulsando aquí 

.

.

Majatzit HaShekel

בס»ד

Desde hace tres mil años por estas fechas llevamos a la práctica una donación muy especial; el Majatzit HaShekel. Consistía en una ofrenda anual que se realizaba al Templo de Jerusalén para su mantenimiento, y que servía además para censar al pueblo.

Nos dice la Torá;

הֶעָשִׁיר לֹא יַרְבֶּה, וְהַדַּל לֹא יַמְעִיט

Será igual para el rico y para el pobre

Shmot / Éxodo 30, 15

La Torá es muy clara; tanto ricos como pobres deberán de donar exactamente la misma cantidad: medio shekel. Lo que ya no está tan claro es cuánto donar a día de hoy. Y aquí viene lo más interesante y es que el judaísmo no es algo estático, sino que evoluciona y se adapta, por lo que cada comunidad a lo largo de los siglos ha establecido sus propias normas, también para establecer esta ofrenda a día de hoy.

  • La costumbre más extendida es donar el valor actual de 9,6 gramos de plata, que era el peso aproximado del medio shekel de la época: unos 6,23€ (2023). Hay también quienes aseguran que el peso era de 8,5 gramos, y otros lo suben a 10 gramos.

  • Existe otra costumbre de dar tres “medias monedas” del país donde uno vive, en la época en la que vive. Por ejemplo aquí en España daríamos tres monedas de 50 céntimos ¿Que por qué tres monedas? La parashá, sección semanal de la Torá, donde nos habla del Majatzit HaShekel escribe la palabra Trumá, donación, en tres ocasiones.

  • Según el Gaón de Vilna solo hace falta una “media” moneda.

  • Según otra opinión, la moneda debe tener acuñada la palabra “medio” o “mitad”.

  • Y según otra opinión, no hace falta este detalle.

  • La costumbre que estableció Rav Shlomo Zalman Oyerbajen Estados Unidos fue la de donar tres monedas de plata de medio dólar;  muy importante: si tenéis en vuestra posesión el medio Dólar de Kennedy aseguraos que sea la acuñada en 1964, ya que las series siguientes contiene menos plata.  Sin embargo, según enseña el RavKanievsky en su libro Derej Emuná, esta costumbre solo puede ser aplicada dentro de EEUU, ya que es en dicho país donde tiene valor.

  • Por otra parte, el Rav Elisahiv argumentaba que se ha de darlas tres monedas de medio dólar de plata, y luego dar tres medias monedas del lugar donde uno vive.

Y existen más interpretaciones.

.

Ahora bien, la segunda gran pregunta es Cuándo darlo

Unos dicen antes de Minjá, otros después de Minjá e incluso quienes defienden que sea antes de la lectura de la Meguilat. Aunque también hay quienes dicen que puede darse en la mañana de Purim.

¿Y quién la ofrece? Según la Torá personas mayores de 20 años. Pero nuestros jajamim de bendita memoria nos dicen que los mayores de 13 años. Otros más jajamim si cabe nos dicen que también las mujeres y niños. E incluso por el feto de una mujer embarazada (Mishná Berurá).

Según ciertas opiniones esta donación va al mantenimiento de la sinagoga, otros opinan que en la diáspora se ha de mandar a los sabios de Israel e incluso para el Kerem Kayemet leIsrael, el Fondo Nacional Judío.

Lo único en lo que todos coinciden es en que al entregar la donación se ha de decir:

Zejer Lemajatzit HaShekel

Réplica de un Majatzit haShekel del siglo I, en el primer año de la Gran Rebelión judía contra Roma. Inscripción «Jerusalén santificada»

Utilizad la costumbre de vuestra comunidad, o la que os apetezca. Lo más importante es continuar con la tradición.

Continuemos reconstruyendo con alegría y regocijo

בס״ד

En una ocasión tras la destrucción del Templo de Jerusalén, Rabán Gamliel, Rab Eliezer, Rab Yehosúa y Rabí Akiva subieron a Jerusalén y al llegar al Monte Scopus rasgaron sus vestiduras en señal de duelo. Al llegar al Monte del Templo vieron a un zorro que salía de entre las ruinas del Kodesh HaKodashim -sanctasanctórum-  y comenzaron a llorar, pero Rabí Akiva empezó a reír.

Le preguntaron: “¿Cuál es el motivo de tu risa?” A lo que Rabí Akiva respondió: “¿y cuál es el motivo de vuestro llanto?”.

Ellos respondieron: “Está escrito que ‘el extraño que se aproxime (a este lugar) morirá’ (Números 18,7), y ahora los zorros caminan sobre este lugar. ¿Cómo no vamos a llorar por ello?”.

A lo que Rabí Akiva respondió: – “Por este motivo yo sonrío. Dice Isaías ‘Y tomaré por testigos veraces a Urías el sacerdote y a Zacarías hijo de Jerberequías’. ¿A qué asunto se refiere? La profecía de Zacarías fue escriba sobre la profecía de Urías. Urías dice; ‘Por tanto Sión, por vuestra culpa, será arada como un campo, y Jerusalén será un montón de ruinas, y el Monte del Templo será como las alturas del bosque’ (Miqueas 3, 12). Sin embargo la profecía de Zacarías dice, ‘y se sentarán los ancianos y las ancianas en las plazas de Jerusalén, cada uno con su báculo de ancianidad en su mano’ (Zacarías 8, 4). Hasta que no se cumplió la profecía de Urías temía que no se cumpliese la profecía de Zacarías. Ahora que se cumplió la profecía de Urías, sé que se cumplirá la profecía de Zacarías”.

En la imagen: zorros vistos durante esta semana en las ruinas del Monte del Templo días antes del ayuno de Tishá beAv.

Las señales están a la vista de todos, y sin embargo una parte dominante del mundo judío continúa estancada en supersticiones y dogmas, paralizando la evolución del judaísmo. El Tercer Templo no estará representado bajo la idea romántica de un suntuoso edificio que descienda de los cielos, cuya construcción conllevaría a la desaparición del Estado de derecho en Israel, sino que representa al judío renovado y retornado a Sión, guerrero y modernizador, reconstructor de Jerusalén.

El Tercer Templo comenzó a construirse y sus cimientos son el kibuts galuiot (reunión de las diásporas), y depende de todo el pueblo que no vuelva a ser destruido.

Continuemos reconstruyendo con simjá y sasón (alegría y regocijo). Zacarías 8, 19.

Yom Rishón, décimo día del mes quinto, 5779

Un hombre judío había en Shushan, y desde entonces nos preguntamos, ¿qué es ser judío?

בס״ד

El término “judío” es quizás de los más controvertidos que puedan existir en el mundo judío. “¿Qué es ser judío?” es la pregunta que, debido a su complejidad, ha provocado y provoca enormes quebraderos de cabeza a lo largo de nuestra historia.

Para empezar, ¿de dónde viene el término judío?

Podemos hablar de tres formas de identificar al pueblo hebreo en tres diferentes épocas: Hebreos; desde que según la tradición judía Abraham sale de Ur de los Caldeos hasta la época de su nieto Yaakov, Hijos de Israel*; desde que Yaakov cambia su nombre por el de Israel y de él surgen las doce tribus, y judíos; desde la expulsión de los habitantes de Judea (judaítas), por Nabucodonosor II hasta nuestros días.

Este último término lo encontramos en el bíblico Libro de Ester que leemos en la festividad de Purim (en persa, sorteo) – que leeremos esta noche y mañana por la mañana -, y que nos narra la proeza de Ester, una mujer judía que se convirtió en reina de Persia, y que ayudada por su tío Mordejai evitaron juntos que Hamán, Primer Ministro persa de la época, exterminara a toda la población judía del reino – compuesto por 127 estados -.

Un hombre judío había en Shushan, la capital, y su nombre era Mordejai hijo de Yair, hijo de Shimi, hijo de Quish, hombre de Yemén, que fue exiliado de Jerusalén…. 

Esta es la primera vez que en la Tanaj (Biblia judía), se utiliza el término «judío». Mordejai, como narra el texto, es llamado judío debido a su país de origen, Yehudá (Judea), conquistado y expulsada gran parte de su población a Babilonia por Nabucodonor en el año 597 a. e. c.  

¿Quién es judío?

Desde el punto de vista halájico (ley religiosa judía), judío es quien nace de vientre judío o se convierte al judaísmo. Es decir, desde el punto de vista legal judío, ser judío puede concebirse de una manera étnica, y no solamente religiosa. Queda evidente pues que un judío laico seguirá siendo judío, e incluso, de convertirse a otra religión continuará siendo judío porque predomina la etnia. Dice el Talmud אף על פי שחטא – ישראל הוא: af al pi shejata, Israel hu” (Sanhedrin 44), que viene a significar que un judío que se desvía sigue siendo judío.

No hay ninguna palabra en la Biblia que llamemos judaísmo, escribe David Ariel en su libro ‘What do Jews Belive’ (1995). Continúa explicando que «la religión es referida como enseñanza y leyes«. De hecho la palabra que empleamos en hebreo para referirnos a la religión דת, dat, viene del persa y no significa religión sino ley.  Entonces, ¿por qué se ha definido al judaísmo exclusivamente con la religión?

Tras la destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 70 e. c., el Sanedrín se estableció en Yavne. Los llamados Sabios de Yavne para salvar la identidad judía principalmente por la pérdida de La Tierra, reforzaron la identidad religiosa/cultural que se mantuvo por casi dos mil años que duró el exilio forzado. Durante dos milenios y a consecuencia del contacto con el cristianismo y el islam, el judaísmo fue definiéndose  finalmente como algo netamente religioso.

A finales del siglo XIX en un intento de regresar a La Tierra y recuperar la soberanía judía, el judaísmo como identidad nacional quedó renovado en el sionismo, como ya demostró Hertzl.

En definitiva el judaísmo no consiste solamente en creer o no creer, en tener fe o no tener fe. El judaísmo es también una cultura con innumerables tradiciones nacionales. Sería un error definir «quién es judío» basándonos solamente en un concepto religioso, nacional o étnico. Todos están estrechamente relacionados.

¿Qué es ser judío?

La eterna pregunta, sin una única respuesta en la que cada judío deberá de responder para sí mismo qué es para él ser judío.

Y para ti, ¿qué es ser judío?

Que tengáis un muy Feliz Purim.

Yom Revi’i 13 de Adar de 5778
Miércoles, 28 de febrero de 2018

* No confundir con el término israelitas, habitantes del Reino de Israel o Reino del Norte, que habitaron la región de Samaria entre el 931 y el 724 a. e. c.

Hebrón

ב»ה

Ayer visité Hebrón con varios miembros de mi nueva sinagoga. Os hablaré un poco sobre esta histórica y magnífica ciudad.
La ciudad de Hebrón (Jevrón חברון) en Judea, Erets Israel (la Tierra de Israel), representa para nuestro pueblo una prueba de la tenacidad judía sobre nuestro pasado y el sagrado y casi cuatro veces milenario vínculo que nos une con esta tierra en particular. Fue aquí, precisamente, donde se registró uno de los contratos de compra venta más antigüos del mundo.

Abraham, nuestro patriarca, compró un terreno a Efrón el Hitita, por 400 siclos de plata.
El motivo de esta adquisición, tal y como lo leemos en la Torá, en Bereshit (Génesis), fue para enterrar a Sara, su mujer.

 
Y vivió Sara ciento veintisiete años. Tales fueron los años de la vida de Sara. Y murió en Quiriat Arba, osea Hebrón, en la tierra de Canaán, y vino Ahabraham a hacer el duelo de Sara y a llorarla. Y ante la muerta levantóse Abraham y les dijo a los hijos de Jet: «Yo soy forastero y morador de paso entre vosotros. Dadme una posesión por sepultura para que pueda enterrar a mi muerta«. Y le respondieron los hijos de Jet: «Escúchanos, señor. Tú eres un príncipe de Dios en medio de nosotros. Puedes enterrar a tu muerta en el mejor sitio de nuestro lugar de sepulturas. Nadie de nosotros te lo impedirá, para que puedas enterrar a tu muerta«. Y levantóse Abraham e inclinóse respetuosamente ante la gente de Jet y dijo: «Si es de vuestra voluntad sepultar a mi muerta, ruégoos intercedáis ante Efrón, hijo de Tzójar, para que me ceda la cueva de Majpelá que posee en el extremo de su campo, por todo su valor en plata, como sepultura de propiedad mía en medio de vosotros«. (…) «No, señor mío. Te doy el campo entero y la cueva que está en el, en presencia de los hijos de mi pueblo. Sepulta (en paz) a tu muerta«. (…) «Sólo te pido que me escuches. Te daré por el campo su valor en dinero. Acéptalo y yo podré enterrar a mi muerta allí«. (…) «La tierra vale cuatrocientos siclos de plata, pero ¿qué es eso entre tú y yo? Entierra pues a tu muerta«.
De tal modo quedó asegurado para Abraham el campo de Efrón, que está en Majpelá, junto a Mamré, tanto el campo como la cueva que está en él y todo árbol que en el campo había había.
Bereshit (Génesis) 23, 1-20

Obtenido de la Tanaj en su versión castellana conforme a la tradición judía por Moisés Katznelson.

 

Con el tiempo, Majpelá pasó a ser también lugar de reposo para Abraham, su hijo Isaac junto con su mujer Rivka y para Yaacob (nieto de Abraham) y su mujer Lea. Y, según se cuenta, también estan enterradosAdam y Javá (Eva).

La Cueva de Majpelá o Tumba de los Patriarcas y Matriarcas de Israel es el segundo lugar más sagrado para el pueblo judío después del Monte del Templo, en Jerusalén, conocido también con el nombre de «explanada de las mezquitas».

Majpelá está dividida en dos secciones: en la parte superior una sinagoga para judíos y en la planta inferior una mezquita para musulmanes. La razón de que judíos y musulmanes recemos en el mismo lugar la encontramos también en el Tanaj.
 
Según el relato bíblico hace aproximadamente 3.700 años Abraham al no contar con un descendiente que heredase sus tierras a causa de la esterilidad de Sara éste optó aconsejado por su mujer que frecuentase a su esclava egipia Agar, para que le diese un hijo y nombrarlo heredero de todas sus posesiones. Ismael, primogenito de Abraham, le fue arreatado el puesto de heredero por su hermanastro Isaac hijo de Abraham y Sara – que finalmente pudo dar a luz -. Finalmente Sara le ordenó a Abraham que expulsase a la egipcia de su tienda junto con su hijo por que ésta se burló de ella.
Los descendientes de Ismael serían los actuales musulmanes, y al ser descendientes también de Abraham reclaman al igual que los judíos la Tumba donde está enterrado Abraham. 
Actualmente es el ejército israelí quien controla la ciudad. Tras el estallido de la II Intifada que costó la friolera cifra de casi 1.000 israelíes asesinados en menos de 5 años, se han cerrado calles, comercios y en ocasiones se impone el toque de queda siempre que la situación lo requiera para evitar nuevos estallidos de violencia entre la población árabe (150.000) y judía (7.500). 
Resulta curioso que los dos lugares más sagrados para la religión judía – el Monte del Templo y Majpelá –, son de muy complicado acceso para el público judío debido a imposiciones y prohibiciones árabes como el waqf jordano o la autoridad palestina.
Si de prohibiciones de judíos se trata la explanada de las mezquitas se lleva el premio. Aunque técnicamente lo controla Israel, está terminantemente prohibido (por órden de autoridades religiosas musulmanas del waqf) que un no musulmán rece sobre la explanada. Hasta el punto llega la paranoia que incluso está prohibido incluso cerrar los ojos (de forma prolongada) y mecerse «hacia adelante y hacia atrás« por ser una característica típica del rezo judío.
La explanada de las mezquitas se convierte así, junto con el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén, en los dos únicos lugares en todo el Estado de Israel donde NO existe la libertad de culto. Donde un judío, pese a encontrarse en su país, NO puede ser judío o mostrar su judeidad. Donde un judío ni tan siquiera puede caminar. Claro está si no quiere recibir una puñalada.
En Hebrón la cosa no deja de ser muy distinta.
La mezquita de Ibrahim como los musulmanes llaman a la Tumba de los Patriarcas cuenta con una mezquita para los musulmanes en el piso inferior hubicándose la sinagoga en el superior. 
El acceso a la cueva que da a las tumbas está cerrado con candado. Las llaves las tiene el Waqf, un líder religioso musulmán que prohibe el acceso a los judíos. Desde la Guerra de los Seis Días (1967) que la región fue de nuevo a parar a manos judías – tras la expulsión y matanza (1929) por ordenes del gran Mufti de Jerusalem (y tío abuelo de Arafat) Hajj Amin al Husseini, de la milenaria comunidad judía de Hebrón -, tan solo en dos ocasiones una judía y posteriormente un grupo de varios judíos pudieron entrar a la Cueva. De forma que el segundo lugar más sagrado para nuestra fe queda fuera de nuestro alcance, una vez más.
Si tras la Guerra de los Seis Días el gobierno israelí permitió a los musulmanes seguir visitando y rezando en sus santos lugares y sus mezquitas, si hubo también para ellos libertad de culto, ¿por qué razón nos impiden acceder a nuestros lugares más sagrados con plena libertad?
Añadir que ir a Hebrón es muy arriesgado pues nunca sabes qué puede ocurrir en esa caótica ciudad. Nuestro autobús iba protegido con cristales blindados y entre los miembros de la excursión había gente debidamente armada. Que Israel no destruyese edificios ni mezquitas a los árabes demuestra que el principio de convivencia solo se puede aplicar al Estado Judío, no así al gobierno palestino (ANP).
Mi viaje transcurrió sin ningún contratiempo. Visitamos la sinagoga, rezamos slijot y después partimos hacia Jerusalén para terminar en la Tumba del Profeta Samuel.
Pero esta historia la dejo para más adelante.
 
Yom Revií 11 de Elul de 5772
Miércoles, 29 de agosto de 2012



דוד יאבו
David D. Yabo
Tumba de los Patriarcas y Matriarcas


Armario donde se guarda la Tora



Para la protección del visitante judío.